Manuel J. Jáuregui / Justicia politizada

AutorManuel J. Jáuregui

Politizar la justicia es el peor pecado que puede cometer una nación, este vicio permitió a los nazis cometer graves atrocidades, y en nuestro continente es lo que tiene encarcelados a los líderes de oposición en Venezuela, lo que hace de Cuba una civilización que se desmorona... y mientras en México seguimos sin entender lo que significa ser democráticos.

Más allá de grave resulta el que los encargados de aplicar nuestras leyes sean los primeros en violarlas, como parece que sucedió cuando agentes de la PGR le sembraron una pistola al abogado de Infraiber Paulo Díez Gargari, representante de la empresa con la que otra constructora favorita, OHL, trae un pleito, el cual generó como daño colateral que se divulgaran grabaciones que presuntamente muestran al Presidente de los mexicanos fungiendo de árbitro en su disputa económica, entre ellos y con el Edomex.

Estas grabaciones se suman a otras en las que se ha revelado una cercana -incestuosa incluso- relación entre funcionarios del Gobierno y la compañía española que en México representa el ex político José Andrés de Oteyza. Tras la descobijada de las grabaciones que nuevamente dejan mal parado al Presidente, la PGR allanó las instalaciones de Infraiber y realizó el arresto del abogado Díez, durante el cual una cámara de seguridad aparenta captar el momento exacto en el que la pistola le es sembrada.

Hecho que, de comprobarse, se convertirá en una imborrable mancha en la hoja de servicio, ya de por sí percudida, de la Procuradora Arely Gómez y sus allegados que manejan la PGR como una extensión de la Oficina de la Presidencia.

A juzgar por las denuncias, la PGR no está impartiendo justicia, sino que es empleada como un arma política para someter a los enemigos del Presidente. Ahora que, estimados lectores, al emplear estos procedimientos viciados ¿qué diferencia hay entre el Gobierno de México y el de Venezuela?

¿O, si a ésas vamos, entre esta burda violación a los derechos ciudadanos -como el de ser sujetos a juicios imparciales y apegados a derecho- y los cometidos por la maquinaria nazi en Alemania?

Violaciones a los derechos ciudadanos más elementales son graves, sobre todo si quienes los vulneran son los encargados de salvaguardarlos y si se dejan impunes gestarán no sólo más violaciones, sino unas aún más graves. Tomemos en cuenta que sobreviene esto cuando la opinión pública mexicana está apenas digiriendo la mentira histórica de Ayotzinapa, con la que la PGR no sólo queda como inepta...

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