Manuel J. Jáuregui / Frontera asesina

AutorManuel J. Jáuregui

En las dos categorías: asesinatos de locales y muertes de emigrantes, México ha establecido récord histórico en este 2005.

A los más de 260 asesinatos (sin contar los más de 200 de Sinaloa), presuntamente ligados a las actividades del narcotráfico, registrados tan sólo en varios estados fronterizos en lo que va del año, debemos sumar la muerte de casi CIEN mexicanos que han perecido intentando ingresar a Estados Unidos tan sólo en lo que va de julio, pues en el período de un año han muerto 330 conciudadanos por la misma razón.

Si fuese tan sólo una la cifra de muertes registradas por cada uno de estos motivos como quiera sería lamentable, mas les argumentamos hoy que estas cifras son abominables y vergonzosas.

En estas circunstancias, fácil resulta para nuestras autoridades buscar chivos expiatorios, la Patrulla Fronteriza, los "Minuteman" de Arizona, o las políticas racistas y discriminatorias que en el terreno de la inmigración mexicana fija nuestro vecino al norte del Bravo.

Sin embargo, con algo de culpa cargamos nosotros mismos por el registro de esta tremenda pérdida humana.

¿O qué no es la falta en México de un cabal estado de derecho, en el fondo, lo que contribuye a ambas tragedias?

Su servidor argumenta que sí, que detrás de todo este montón de muertes se asoma la ilegalidad que ahoga a nuestro País, la falta de seguridad, personal y jurídica, lo cual a su vez provoca incertidumbre, zozobra y reducidas oportunidades económicas.

Este factor de la inseguridad también impulsa la inmigración ilegal: ese intento desesperado, osado, peligroso -y como hemos visto frecuentemente mortal- que orilla a cientos de miles de conciudadanos a buscar una mejor vida, mejores oportunidades, en el país vecino.

A la vez, la caída del Imperio de la Ley en nuestro País ocasiona delincuencia, corrupción en el sistema legal, conduciendo todo ello hacia la IMPUNIDAD, madre prolífera del delito: la vitamina que hace crecer el músculo del hampa.

Cierto es, no debe negarse, que...

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