Manuel J. Jáuregui / ¡Frívolo, frívolo!

AutorManuel J. Jáuregui

Pena ajena, pena por México, mancha en nuestro orgullo nacional es el ridi cursi que protagoniza el ex Presidente Peña Nieto, quien no contento con dejar al País nadando en el estiércol de la corrupción, misma que le llega a él hasta los aparejos, ahora se exhibe en las revistas del chisme "jet set" como el gran "Romeo".

¿Qué no habrá quien lo convenza de que lo mejor que puede hacer -además de regresar lo robado- es IRSE de México y dejar de hacer papelones que lo pintan como un individuo frívolo frívolo a más no poder, a quien no le importa nadie ni nada más que andarse evidenciando como el gran galán?, y de pasada mostrando ser totalmente insensible al estado deplorable en el que dejó a México tras seis años de ruinosa administración, plagada desde el primer día de excesiva corrupción.

Pa' dejarlo claro: nos vale un bledo el PRI (e igual el PAN, PRD, PT, MC y Morena), pero sabemos y damos como cierto que para contar con una democracia sana México requiere de competencia política.

Es decir, necesita partidos fuertes que de veras desempeñen su papel de oposición, cosa que sería imposible para el PRI con "Alito" haciéndole los mandados al actual Presidente, y Peña Nieto exhibiendo públicamente -como si fuese motivo de orgullo- su pobreza moral vía su comportamiento totalmente insensible y AFRENTOSO hacia los mexicanos.

A la democracia mexicana le urge ampliar la oferta política; la dominancia u hegemonía de UN SOLO PARTIDO (en el caso actual, Morena) no es bueno para el País.

Es un retroceso que nos hace volver a la "dictablanda", sólo que con otro nombre.

Por ello decimos que si acaso quedan buenos priistas militando en sus filas (la mayoría, convenencieros que son, ya se brincó al PRIMOR) y pretenden revivir lo que queda de su partido para que en futuras elecciones pueda competir ofreciendo buenos candidatos, necesita acabar -¡pero ya!- con la dominancia de los peñanietistas entregados al poder a cambio de impunidad.

Al mismo tiempo tienen que "desaparecer", es decir, borrar del mapa político/social, al hombre que los llevó a la estrepitosa derrota electoral de hace un año.

A él y a las "estrellitas" que le ayudaron y que ahora van y se refugian en la academia estadounidense, como lo acaba de hacer Luis Videgaray Caso, el artífice de una serie de desastrosas decisiones del...

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