Manuel J. Jáuregui / Fiscalización autónoma

AutorManuel J. Jáuregui

Es una excelente idea, muy democrática y necesaria, la que ha planteado Luis Foncerrada, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado.

Foncerrada y Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, propondrán en unos meses la formación de un Consejo Fiscal autónomo con el fin de vigilar -fuera del Gobierno y con total independencia- las cuentas de éste, específicamente gasto y endeudamiento. Esto como secuela a una recomendación que le hiciera a México el Fondo Monetario Internacional en el sentido de contar con un organismo de esta naturaleza.

Al hacer el anuncio en un evento en Monterrey, Foncerrada dijo: "Debe haber reglas en cuanto al uso de los recursos, debe haber reglas en cuanto a los montos faltantes, en limitar los déficits y en cuanto a justificar un déficit que es un endeudamiento que sólo debería de ser utilizado para crear más riqueza, no gasto corriente".

Lo anterior está alineado con sólidos principios democráticos, tales como la transparencia, la rendición de cuentas y sobre todo el apego a las reglas constitucionales que ordenan que el Congreso es quien fija el presupuesto del Poder Ejecutivo, y que éste debe atenerse a lo que le aprobó el Legislativo.

Cosa que actualmente no sucede, pues el presupuesto aprobado se lo pasan por el arco del triunfo y hay dependencias que gastan mucho más de lo que se les aprobó.

Concretamente, los casos el año pasado de la Secretaría de Hacienda, en manos del Conde Luis de Videgaray y Caso, y la propia Presidencia de la República, la cual, debiendo poner el buen ejemplo, hace lo contrario sobregirándose de manera escandalosa respecto a la partida que le otorgó el Congreso.

Salta a la vista que lo que gasten en exceso, tanto Hacienda como Presidencia, no será aplicado en inversión, sino puro gasto corriente.

Endeudar al País para incrementar el gasto corriente constituye uno de los pecados capitales de las economías democráticas.

Lo peor del caso es que estos sobregiros, documentados y evidentes, no acarrearon absolutamente ninguna consecuencia.

Estas dos dependencias burlaron al Congreso, violaron los dictados de nuestra Constitución que establece claros frenos y equilibrios entre poderes y, además, sus decisiones fueron malas en términos económicos, pues México está en los límites de su capacidad de endeudamiento.

Doble pecado resulta ser, entonces, no sólo endeudarnos hasta el lobanillo y en el proceso poner en riesgo el futuro del País, su viabilidad y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR