Manuel J. Jáuregui / Colosal error

AutorManuel J. Jáuregui

No se requiere ir muy lejos para dar con los responsables del colosal error que cometió Vicente Fox al expropiar inconstitucionalmente la industria azucarera nacional.

Fox tiene cerca, muy cerca, a los perpetradores de este terrible despojo: el autor intelectual es Luis Ernesto Derbez, Secretario de Economía cuando se consumó esta ilegalidad (ahora Secretario de Relaciones Exteriores y uno de los "confidents" cercanos al Presidente).

El autor material de este vil ROBO, consumado desde el pináculo del poder federal, fue el compadre del Presidente y candidato fracasado a la gubernatura de Guanajuato, Javier Usabiaga, entonces Secretario de la Sagarpa.

Ambos deberán responder, incluso con su patrimonio personal, por los DAÑOS Y PERJUICIOS que causaron al explotar ilegalmente la propiedad industrial ajena durante más de cuatro años.

Este sórdido episodio de nuestra historia moderna, de lo más absurdo, no pudo más que ser condenado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación antier, la cual declaró por unanimidad que la expropiación fue ILEGAL e inconstitucional debido a dos razones, obvias además desde que se les ocurrió a este par de pájaros de cuenta recurrir a tal medida absolutista:

  1. El Gobierno jamás pudo determinar la "utilidad pública" que es requisito obligado para justificar el recurrir a tan extremo recurso que es la expropiación.

  2. No hubo apego por parte del Gobierno a lo procesal, pues la ley ordena que toda expropiación debe efectuarse mediante (esto es, dando y dando) INDEMNIZACIÓN, cosa que nunca realizó, pretendiendo someter a los legítimos propietarios al retener la indemnización.

Hace un par de años escuchamos a Derbez hacer ciertos comentarios en privado que, a nuestro juicio, pretendían justificar la expropiación azucarera con una serie de sinrazones, las cuales, para nosotros, se resumían más o menos así:

El delicado Secretario Derbez estaba enfadado con los cañeros porque le bloqueaban sus oficinas, creyó que Enrique Molina Sobrino, a quien culpaban de irregularidades en la operación de sus ingenios en detrimento del sector, azuzaba a los cañeros; entonces decidió "ponerlo en su lugar" al quitárselos.

Para disfrazar esta represalia quiso el gobierno de Fox que no se fuera sólo Molina y decidieron expropiarle junto con otros dueños, unos por ser proveedores de la Pepsi-Cola (el Presidente es Coca-Cola) y a otros, según lo...

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