Manuel J. Jáuregui / Arrogancia mata

AutorManuel J. Jáuregui

Burdas, sumamente burdas, han sido las maniobras descubiertas por los investigadores chihuahuenses del valiente Gobernador Javier Corral en las que dinero desviado del erario fue a parar a empresas pantalla o de priistas, como Alejandro Gutiérrez, un operador relacionado cercanamente con el ex presidente del PRI Manlio Fabio Beltrones.

No hubo ni siquiera la pretensión de disfrazar el desvío.

Para éste su H. servidor, tal desfachatez se deriva de la ARROGANCIA, misma que les brota a borbotones a los operadores de estas maniobras a consecuencia de un sentido de impunidad, de invencibilidad: se creen seguros de que nadie ni nada los va a tocar.

Operan en un vacío rodeados de pezzonovantes que se llegan a sentir todopoderosos, dueños de vidas y haciendas.

Lo mismo se puede decir del ex Gobernador de Veracruz, el otro Duarte, para el cual la PGR comete error tras error con el fin de facilitarle una defensa exitosa que lo saque de prisión. Esto no obstante los documentados, abundantes y DESCARADOS desvíos y malversaciones de fondos públicos.

A esta "estrategia" se le llama "chicanear el pleito" y es una vieja práctica tan mañosa como burda para burlar la justicia.

Se manifiesta sobre todo en un país como el nuestro, que conjugó la indolencia de los nativos con la soberbia del español para dar pie a la indolente soberbia de los mexicanos.

No todos caen en este vicio, por supuesto, pero muy especialmente vemos esta característica en aquellas personas que ostentan PODER.

Ya sea este poder político o, en algunos casos, poder económico.

Jamás consideran la posibilidad -ni las consecuencias- de que sus actos (o actitudes) sean indebidos: el mundo les queda chico para tragárselo a puños.

Ellos son genios, todos los demás indejos. Nunca reparan en el hecho, ni remotamente, de que pudieran estar equivocados, jamás.

De ahí que no se guarden las formas, que se realicen maniobras chuecas a la intemperie, de manera descuidada y majadera, como la descrita y como muchas más que hemos presenciado en los últimos años.

Mansiones regaladas por constructoras, obras infladas, actitudes soberbias, desatención al pueblo, falta de respeto...

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