Manuel J. Jáuregui / 'Área de oportunidad'

AutorManuel J. Jáuregui

Usando un eufemismo que se emplea en los negocios: el hecho de que el 53.8 por ciento de jóvenes mexicanos entre 0 y 17 años de edad caigan dentro de la definición de "pobres" constituye un "área de oportunidad". Son unos 21 millones de niños y adolescentes mexicanos que viven una existencia angustiada por las carencias. De este grupo, cerca de 6 millones (casi el 13 por ciento de la población juvenil) viven en la pobreza EXTREMA.

Para la población abierta estas cifras son del 46 por ciento y el 10 por ciento en números redondos. Se puede inferir entonces que la pobreza que padecemos en México GOLPEA MÁS A LOS NIÑOS y adolescentes.

Bajo cualquier óptica, esta lamentable situación revelada por un estudio de la UNICEF y el Coneval es inaceptable. El sistema democrático republicano es uno en el que los ciudadanos pagan impuestos para que el Gobierno emplee recursos para beneficiar a la población y elevar su calidad de vida.

El combate a la miseria es una responsabilidad, pues, que cae pesadamente en el regazo del sector público.

Ciertamente que la seguridad pública es una de las principales responsabilidades de todo Gobierno, como también crear las condiciones para erradicar la pobreza y la marginación.

En esto, claramente, hemos fallado.

¿Qué futuro le espera a nuestra niñez cuando 5 de cada 10 niños mexicanos carecen de lo necesario?

La pobreza impone a quienes la padecen un castigo extremo: los priva de SALUD, de educación -es decir, de los conocimientos para integrarse de manera productiva a la sociedad-, de techo, de transporte, de vestido y de los recursos más básicos para vivir y prosperar.

Se ha dicho, mas en este contexto vale la pena remarcarlo, que la pobreza es la UNIVERSIDAD de la delincuencia. Un niño o adolescente que carece de todo, sin oportunidades y que vive en la indigencia, se convierte en carne de cañón para las pandillas o las organizaciones criminales que han proliferado y que se dedican a actividades ilícitas como tráfico de estupefacientes, secuestro, robo, extorsión, prostitución y asalto. A nuestra juventud no hay que aventarle pescado, ¡sino enseñarla a pescar!

El combate a la miseria debe ser una labor no de simple asistencia, dádivas o paternalismo, sino un complejo esfuerzo de integración plena a la sociedad. Ésta va desde la educación hasta la creación de empleos para jóvenes, y métodos para incorporarlos a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR