Manuel J. Jáuregui/ Alarmante insensibilidad
| Autor | Manuel J. Jáuregui |
Más fea que una mentada de madre en Catedral, en plena misa de doce, resultó la increíblemente torpe regañada que el Secretario agrario, Javier Usabiaga, le propinó a nuestro maltratado sector campesino nacional.
Inaudita insensibilidad política demostró este "amigo de Fox" encumbrado como titular de la Sagarpa al culpar a los productores agrícolas nacionales de su vulnerabilidad ante el TLC.
No reconocer ni un solo error, falla o deficiencia del Gobierno, u ofrecer siquiera hacer algo por apoyar a este maltratado sector que se debate en la ignominiosa miseria a lo largo y ancho de nuestro país resulta inexplicablemente prepotente del Secretario.
A nombre del Gobierno de México provocó el encono de un sector nacional de por sí ya padecedor de innumerables agravios, y en algunos casos al borde hasta de la sedición.
Lo hemos dicho y no nos cansaremos de hacerlo porque es verdad: nuestros campesinos, nuestros empresarios agrícolas, tienen al Gobierno de México como adversario, no como aliado.
No se han muerto de hambre de milagro, y esto a pesar de -y no gracias a- nuestro Gobierno.
Ya es demasiado tarde para echarle la culpa a los anteriores, es hora de juzgar al actual régimen por las numerosas pifias y errores que se han cometido y se están cometiendo, mismas que tienen que ver todas con la creación de un entorno agrícola totalmente no competitivo.
No es sólo que no existan aquí, como en Estados Unidos, subsidios directos cuantiosos a los productores agrícolas.
Es que, además no existe infraestructura agrícola adecuada y competitiva, no se dan apoyos o estímulos para el empleo eficiente -y por ende competitivo- de insumos de producción tan vitales como la electricidad, los combustibles e incluso el agua misma: todos éstos más caros en México que en Estados Unidos.
No hay financiamiento, la burocracia oficial estorba y no estimula, el entorno económico le presenta al campo una paridad que favorece las importaciones y no las exportaciones.
Por si esto fuera poco, adicionalmente, nuestro supremo Gobierno ni siquiera acepta reconocer esta realidad, lo cual, en todo caso, sería dar el primer paso que lleva a la búsqueda de soluciones. Y el contrario, como lo demostró Usabiaga, ¡culpa el Gobierno del desastre agrario en el que estamos metidos a sus principales víctimas, que son los productores!
La verdad es que, desde el aciago día en el que recién arribado al ejercicio democrático del poder, el Gabinete foxista decretó una expropiación parcial...
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