Manual del Conductor / Pérdida de vidas adolescentes

AutorRodolfo Sánchez S.

Justamente en columna pasada mencionaba que no importando la marca y tipo de vehículo que se traiga, no hay nada que pueda contra la velocidad imprudencial.

Casos han habido muchos; uno que se menciona con frecuencia por haber sido el de un personaje famoso, fue el de Lady Di, que falleció junto con su acompañante en un caro y lujoso Mercedes Benz, que no pudo brindarles la seguridad requerida, debido precisamente a la alta velocidad en que se estrellaron contra la columna del ya famoso túnel. Esto sucedió en París, Francia.

El otro que quizás usted recuerde, fue el que el del costoso Ferrari amarillo que se volcó y luego se incendió. Este último sucedió en Monterrey, México.

Es el exceso

En ambos casos el factor velocidad fue el "culpable" de las pérdidas de las vidas. Igual sucede en las autopistas españolas, donde los padres de familia ya no saben qué hacer.

Recuerde usted que España es uno de los países europeos con reglamentos de tránsito más estrictos. Obtener una licencia de manejo ahí es cosa seria, no se toma a la ligera. No es la velocidad "per se", es el exceso de la misma.

Sin embargo, la juventud es materia aparte. Como padre de familia el tema me interesa y me preocupa. ¿Qué no estamos haciendo bien los padres de familia y las autoridades de Tránsito? Manejar no es un juego, es o debe ser una labor de tiempo completo.

Antes de seguirnos lamentando, pues el próximo accidente fatal puede estarse gestionando u ocurriendo ahora mismo, conviene saber y/o recordar que hay ciertos factores que casi siempre se repiten para causar las calamidades.

Ojalá no le haya tocado a usted, pero hoy en día y mañana también, habrá luto en muchos hogares mexicanos.

Todo lo que hagamos le servirá al adolescente para su comportamiento vial. La verdad, no hay más que podamos hacer. ¿Retirarle el carro? ¿Prohibirle subirse al de los amigos? ¿Echarle la culpa a Tránsito? Ellos también son padres de familia quizás con el mismo problema.

Como afirma un médico psiquiatra amigo, los mexicanos somos así por naturaleza, desobedientes, arriesgados y reacios a cumplir con las leyes. Lo llevamos en la sangre. Ahora, súmele el factor juventud y ya sabrá a qué me refiero.

Capacitación continua es mejora continua

De manera que lo que nos queda es, salvo su mejor opinión, entrenar a los adolescentes en el manejo defensivo, informarles con frecuencia las consecuencias del manejo irresponsable; indicarles con qué tipo de amigos (los ebrios), no debe subirse, asistir...

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