MANUAL DEL CONDUCTOR / Distracciones mayores

AutorRodolfo Sánchez

¡Dále por acá! ¡Ya te pasaste! ¡Si me hubieras hecho caso! ¡Acelérale! ¡Frénale! ¿Familiar? Se trata del (los) "conductor(es) del asiento de atrás". Es un término que describe a la persona (que no es el que conduce), que va dando la órdenes e indicaciones de cómo manejar, al que lleva la responsabilidad del volante.

El término (back-seat driver) comenzó a usarse a principios del Siglo XX para referirse al conductor de aquellos camiones de bomberos largos articulados con doble dirección, en las delanteras y en las de la extensión trasera del vehículo; facilitaba las vueltas de tan largo vehículo por las calles de la ciudad. El que lo conducía tenía que ser un experto; un verdadero "as del volante".

Manejar y escuchar son dos actividades diferentes que estimulan diferentes partes del cerebro; los psicólogos expertos afirman que una puede afectar a la otra, según un estudio publicado por The Journal of Brain Research.

La precisión del manejo se reduce casi en un 40 por ciento cuando se maneja al mismo tiempo que se mantiene una conversación con un (o los) pasajero(s).

El que lleva el control del volante es el que toma las decisiones, no es "el pasajero del asiento de atrás", ni siquiera el o la del "asiento de adelante".

Cuando viajamos en un avión comercial, somos quizás alrededor de 100 a 120 pasajeros. El único responsable del vuelo es el piloto. Los pasajeros ni lo ven. ¿Se imagina el caos si todos los pasajeros opinaran acerca de qué dirección darle al avión? Igual caos puede producirse en la vialidad terrestre.

Cuando alguien toma el volante es porque (suponemos) tiene la habilidad, destreza y experiencia para hacerlo con seguridad. Un "conductor del asiento trasero"...

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