LA MANO VISIBLE / ¡No es el déficit, *#&%!

AutorAlejandro Faya

A Donald Trump le molesta de sobremanera el déficit comercial que, a través de los años, Estados Unidos ha tenido frente a nuestro País. En efecto, durante 2016 México vendió y compró a nuestro vecino del norte mercancías por un valor de 294 mil y 231 mil millones de dólares, respectivamente. Este déficit de 63 mil millones, sin embargo, fue mucho menor que el de ese país con China (347 mil), e incluso más bajo que el de Japón (69 mil) y Alemania (65 mil), países que manejan volúmenes de comercio menores. La brecha del déficit en términos relativos es todavía mayor con países como Irlanda (65 por ciento) e Italia (46 por ciento). De sus 15 principales socios comerciales, en 2016 Estados Unidos logró registrar un superávit únicamente con Brasil y Holanda. Claro está, es más fácil y rentable -aparentemente- escoger una batalla con México.

A juicio de Trump, el déficit "crónico" es evidencia de una injusticia que ha lastimado a la industria y destruido fuentes de empleo. Este mensaje que parecía un juego demagogo para ganar votos, empieza a tomar forma de una convicción real. Se trata de una visión de "juego suma cero", donde la ganancia de un participante debe ser equilibrada con la pérdida correlativa del otro. Además, esta visión simplista desconoce el hecho que los balances comerciales en economías altamente interdependientes son engañosos y no capturan el valor real que cada país añade a los procesos productivos. Cada auto exportado de México a Estados Unidos contiene aproximadamente un 40 por ciento de componentes importados de ese último país. El déficit con China está igualmente sobredimensionado; las importaciones de aparatos electrónicos, por ejemplo, inflan los números cuando el valor agregado en ese país (mero ensamblaje) puede llegar a ser escaso. Por ello, un problema vigente en las estadísticas mundiales del comercio internacional es que los datos incurren en "dobles conteos", pues muchos bienes son contabilizados como importación (cuando entran como insumo) y luego como exportación (cuando salen como parte de un bien final).

Pero el tema central no es ese. Criticar los déficits comerciales lleva implícito que las importaciones son malas. La realidad es distinta. Las importaciones son una fuente de proveeduría que permite a las economías mantenerse competitivas. Como menciona Anne Krueger, las importaciones de bajo costo, en lugar de destruir empleos estadounidenses, ayudan a mantenerlos. Cuando las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR