Manlio Fabio Beltrones Rivera / Modernización con justicia

AutorManlio Fabio Beltrones Rivera

En septiembre de 2006, iniciamos la labor legislativa inherente al primer año de ejercicio de la LX Legislatura, en un entorno de escasas perspectivas. El cariz que había tomado la elección presidencial y el comportamiento de las distintas fuerzas políticas hacían pensar que la polarización y la crispación llevarían inevitablemente a la confrontación y la ruptura.

Como senadores, nos dimos a la tarea de recuperar algo esencial en la política, que es el conciliar el interés público con las causas de la gente. Tal disposición permitió presentar en el pleno 357 iniciativas y proposiciones con punto de acuerdo, de las cuales, hay que decirlo, sólo cuatro provinieron del Ejecutivo federal. De éstas, 112 fueron aprobadas y turnadas a las instancias correspondientes para los efectos constitucionales y legales. En ejercicio de facultades exclusivas de la Cámara de Senadores, aprobamos, además, 25 nombramientos de magistrados y altos servidores públicos de la Federación, en tanto que rechazamos dos propuestas de nombramiento. Ratificamos, asimismo, 12 designaciones de embajadores y 2 consulados, y autorizamos la promoción de 212 altos grados militares y navales.

Más aún, al comenzar el segundo periodo ordinario de sesiones en febrero pasado, los partidos representados en el Senado convenimos una agenda de compromisos básicos integrada por 16 iniciativas de ley relevantes. De éstas, 12 fueron dictaminadas positivamente y aprobadas por el pleno.

Iniciamos abordando temas de la agenda del siglo XXI, concernientes al derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, así como a las reformas al Código Penal para elevar las penalidades inherentes a la explotación de menores y la pornografía infantil, que actúan en contra de la pederastia y de los abusos, males no sólo de México sino de buena parte del mundo.

Levantamos la mira y reconocimos unánimemente la necesidad de fortalecer la funcionalidad del Estado mexicano, algunas de cuyas instituciones requieren renovación y otras innovación o reinvención. Al discutir y aprobar la Ley para la Reforma del Estado, dimos paso a un método basado en la razón, el diálogo político, la negociación y los acuerdos, con base en el cual los actores políticos convocados se sentaron a la mesa de diálogo y negociación el pasado 25 de abril. Con ello, la Ley para la Reforma del Estado cumplió ya la mitad de su cometido. Resta el otro 50 por ciento, que corresponde a la voluntad de los partidos y actores para dialogar y...

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