Mancuerna perfecta

En temas de maridaje dulce, muy poca gente imagina que el pan y el vino son súper aliados. Para panes de muerto, el sommelier Carlos Borboa recomienda apostar por vinos fortificados o con procesos oxidativos, como madeiras y jereces.

CREMA MONTADA DE NARANJA

Alcohólico

Puede acompañarse con oporto o un aperitivo, como el Lillet Blanc. En el paladar, la crema potenciará las expresiones cítricas, el azucarado del pan y las notas de la bebida.

Algún destilado de uva con matices florales, frutales, tostados y de nueces, como un Armañac, también es opción. Sus sabores van a integrarse con la naranja; la crema ayudará a suavizar el conjunto y le dará un textura placentera.

Otra apuesta puede ser un brandy, como Le Pantof, con matices de fruta y naranja confitada.

De entre los vinos de postre, puede elegirse un Cosecha Tardía, de Casa Madero: sus matices de frutas tropicales harán armonía con la ralladura de la naranja.

Algunos cosecha tardía de Argentina, frangantes y cítricos son otra gran opción.

De entre los jereces, el Palo Cortado, el de Barbadillo o el Pedro Ximénez, se integrarán a la perfección con las expresiones cítricas del pan.

No alcohólico

De facto, el especialista sugiere un café vienés con ralladura de naranja; la crema montada enriquecerá por completo el juego armónico.

Para los que prefieren tés o infusiones, la sugerencia es una tisana frutal que incluya ralladuras cítricas: dará matices sabrosos y una gran estructura en boca.

Un chai típico con matices especiados o una mezcla de tés negros indios o de Sri Lanka son buenas alternativas.

RELLENO DE NATA

Alcohólico

Con este pan ultragraso, necesitas algo con buena estructura para hacerle frente, por lo que la apuesta es un vino oxidativo o fortificado, incluso algún vino de postre.

Los vinos para postre te recuerdan matices de hojarasca, frutos pasificados, un poquito disecados. Con un Tokay, que es de altísima gama, tendrías, asegura el especialista, un maridaje costoso para un pan relleno de nata, pero también una experiencia brutal, realmente soberbia.

Los icewine tienen muy buena acidez, profundidad y dulzor, además de un equilibrio, por la frescura de la fruta, la cual iría bastante bien con la nata y los matices azucarados de este pan.

En México, la gama de los icewine es muy amplia y tiene la ventaja de que se comercializa habitualmente en botellas de 350 ml.

Hay también vinos de postre mexicanos, oxidados ligeramente, hechos con uvas pasificadas que te darían buena...

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