Maldicen y agradecen tras 3 años de guerra

AutorLarry Kaplow

BAGDAD.- Haidar al-Araji perdió a su esposa, hija, sobrina y suegro, en un bombazo el mes pasado en su casa; Lubna Anwar Abd al-Sahib volvió a confiar en el mercado de valores iraquí; Fayeh al Jowaree pudo escribir con libertad en el diario en el que trabaja, pero ahora no sabe cuáles son sus límites.

La invasión estadounidense que inició en la noche del 19 de marzo de hace tres años cambió la vida de los iraquíes. Para bien o para mal, Saddam Hussein fue derrocado y está siendo procesado por un tribunal.

Los iraquíes intentan ahora construir su futuro entre bombas, asesinatos colectivos, terrorismo, megaoperativos militares y violencia confesional, pero también con libertades y nuevas oportunidades de negocios.

Muchos, como Al-Araji, recibieron hace tres años a las tropas estadou-nidenses con los brazos abiertos. Pero ahora nada puede remediar el dolor de haber perdido "lo mejor de su vida": su familia.

El sunita Waleed Mustafa tuvo que mudarse de casa hace unas semanas, de un barrio chiita a uno sunita, porque las agresiones por su religión se volvieron intolerables.

La maestra de matemáticas Muna Salman al Khazali también se ha visto afectada por la violencia religiosa, pues su salón se ha llenado de jóvenes chiitas que han huido de sus casas.

Pero no todo ha sido tragedia. El vendedor de autopartes...

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