'Todos somos Madero...'

AutorRafael Cabrera

Tal vez nunca como ayer caminar sobre las calles de Madero y 20 de Noviembre, tuvo tanto significado.

Miles de mexicanos se congregaron en el Zócalo capitalino para festejar el primer Centenario de la Revolución Mexicana, la guerra civil que marcó la gestación del México moderno.

La antigua calle de San Francisco de Asís, ahora conocida como Madero, fue el principal andador por el que capitalinos llegaron hacia la Plaza de la Constitución.

En la esquina de Eje Central y Avenida Juárez, una nueva estatua fue apreciada por los paseantes: Francisco I. Madero cabalgando en caballo en dirección hacia el Zócalo capitalino, el mismo camino que todos siguieron para festejar la fecha.

Para las 20:00 horas, el Centro Histórico de la Ciudad era una verbena en la que los niños jugaban con globos, las familias compraban platillos típicos mexicanos, desde ponche y hasta elotes asados.

Entre la multitud se lograban apreciar algunos paseantes que decidieron vestirse con ropa típica de la época revolucionaria: algunas adelitas presumían sus faldas en la plancha del Zócalo, otros más optaron por atuendos de los ejércitos Zapatista y Villista, y otros eligieron caracterizarse de Francisco I. Madero.

"Todos somos Madero. Esta fecha marca el inicio de una nueva era para México, en la que se luchó por la igualdad y por la educación para todos", señaló el señor Ernesto González, que vestía como el presidente asesinado.

En el primer cuadro del Centro Histórico, a las 20:30 horas un espectáculo musical con diferentes bandas de las Secretarías de la Defensa Nacional y Marina, el cual fue el preámbulo para la presentación del evento Yo, México.

Sobre las fachadas de la Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional y los dos edificios del Gobierno capitalino se proyectaron imágenes de la bandera de México ondeando.

A diferencia del espectáculo para conmemorar los 200 años de la Independencia mexicana, el festejo de ayer fue más relajado en cuanto a seguridad y permitió que más asistentes llenaran la Plaza de la Constitución.

Las bandas de las dependencias federales interpretaron temas tradicionales mexicanos, como Cielito Lindo y el Huapango, de José Pablo Moncayo.

El primer cuadro de la Ciudad estuvo por completo cerrado al acceso vehicular y se privilegió que los asistentes llegaran a pie al espectáculo, y que estuvieron satisfechos.

"No pudimos venir al espectáculo de la Independencia porque decían que iba a haber mucha gente y mucha seguridad, y este no quisimos...

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