A mí no me temen, me odian.- Ripstein
| Autor | Erika P. Bucio |
Arturo Ripstein será el primer cineasta en recibir la Medalla Bellas Artes.
"Los cineastas estamos con las putas, los agrimensores y los mariachis... en el nivel de los socialmente despreciables", lanza.
Acusa una cierta displicencia hacia los cineastas. El Colegio Nacional, ejemplifica, jamás ha admitido a uno en sus filas.
Ripstein fue el segundo director de cine en recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes, instituido en 1945, después de que lo obtuviera Luis Buñuel, en 1977.
Acudirá esta noche (19:00 horas) con su mujer y guionista de cabecera, Paz Alicia Garciadiego, y un puñado de amigos a la ceremonia de entrega en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Ripstein llega puntual a la cita en El Péndulo de la Condesa. Se entretiene buscando un ejemplar publicado en España, Luis Buñuel, novela de Max Aub, el "malévolo" que inventó que fue asistente del cineasta aragonés.
No acostumbra leer en dispositivos, salvo guiones. "Soy demasiado mayor", se excusa. Celebró el 13 de diciembre su cumpleaños en la India, invitado a presidir el jurado del Festival Internacional de Cine de Kerala. Ahí le cantaron "Happy Birthday" por sus 70 años.
¿Envidia algo del joven Ripstein?
La edad. Se pueden hacer muchas cosas. Es feo llegar a viejo, pero como alguien dice: es peor no llegar.
Pero algo se gana con la edad...
Sí, los achaques, los gastos médicos mayores, el abandono y la indiferencia.
Cuando se van muriendo los amigos Pacheco, Gelman...
Se siente uno en la fila.
Ha sostenido una carrera larga, con títulos como El Castillo de la Pureza, El Lugar sin Límites, Principio y Fin, El Coronel No Tiene Quien le Escriba, La Perdición de los Hombres. La familia es una presencia puntual en sus películas.
"La familia como abismo del espanto", dice.
En 2015 se cumplirá medio siglo de su debut con Tiempo de Morir. Sigue activo. Supersticioso, se niega a revelar cuál será su próxima película.
Ripstein es el más joven de una generación de cineastas formada por directores como Felipe Cazals, Jaime Humberto Hermosillo, Paul Leduc, Jorge Fons...
Ahora, piensa, es raro tener una carrera tan larga. Hay oferta, pero no demanda. Eso desbarata toda noción de industria, asegura. "Lo que hay son trabajos azarosos y beneficiados por los hados".
"¿Fue la carrera que yo hubiera querido? No. A mí me hubiera gustado ser otro. Y luego, arrepentirme también de ése".
Renunció a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en 2000, seis años después de ganar un...
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