México Channel / Los secretos de la Sierra Gorda

AutorHarry Möller

Cuando partes del Distrito Federal hacia Tequisquiapan, Querétaro (lugar de aguas y tequesquite en náhuatl), ya sabes a lo que vas: a sus aguas termales, al Sol, a la rica comida, a las artesanías y a la caminata estimulante o a la vuelta en tranvía turístico durante unos 40 minutos; aunque tal vez se te antoje asomarte al museo del queso y el vino.

¿Y el barroco secreto? Para allá vamos. Unos 29 kilómetros más adelante, llegas a la entrada de Cadereyta de Montes, donde Enrique Wagner y sus hijos aún resguardan el mayor vivero de cactáceas en el País y hasta ofrecen servicio de restaurante.

Conforme avanzas, el paisaje de la sierra cambia de aspecto: deja de ser un océano de cerros apretujados, resecos y hostiles para dar espacio a fragantes y altos pinos y encinos. Estás a 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar.

Después de Cadereyta, a 31 kilómetros, llegas a la entrada de San Joaquín Ranas y su espléndida zona arqueológica, frecuentemente envuelta por la niebla.

De pasadita, 10 kilómetros adelante, contemplas los trabajos locales de labrado artístico en enormes placas de mármol blanco en Peñamiller y Pinal de Amoles.

Casi 75 kilómetros después, ya estás en Jalpan de Serra, en la cálida Huasteca queretana, a sólo mil metros sobre el nivel del mar. En este lugar podrás conocer la heroica labor del franciscano Junípero Serra, la fachada del gran templo, la misión de Jalpan y su cúpula, además de sus detalles ornamentales, que constituyen uno de los mejores monumentos a la fe.

Y es cuando entras al reino del barroco desconocido. Siguen Concá, Landa, Tilaco y...

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