México y la agenda energética de Obama

AutorRosío Vargas

La propuesta energética del presidente Barack Obama permite vislumbrar cambios en la política energética estadounidense así como repercusiones importantes en el ámbito internacional sobre todo en lo que se refiere a la transición energética hacia fuentes de energía diferentes de los hidrocarburos, a la eficiencia en el uso de combustibles que también prometen ser utilizados como una herramienta para sacar a la economía estadounidense de la crisis y recesión en que se encuentra sumergida, así como aquellos vinculados a afrontar el cambio climático cuyas repercusiones serán, sin duda, globales. Así, la propuesta anuncia una reconfiguración de los objetivos tradicionales de su política energética al incorporar nuevos elementos en su diseño que, con seguridad, impactarán de manera directa las políticas energéticas de sus vecinos geográficos: Canadá y México.

Tras la independencia energética Aunque los intentos de autarquía energética en Estados Unidos son históricos, en la realidad éstos se han quedado en propuestas retóricas no llevadas a la práctica ya que las políticas energéticas de las anteriores administraciones han descansado más bien en la diversificación de fuentes de suministro como estrategia fundamental, desvinculando el binomio dependencia-vulnerabilidad energética como apoyo filosófico doctrinal a fin de justificar el aumento de las importaciones petroleras, cuya factura representa uno de los más altos rubros de la balanza comercial y como porcentaje del PIB nacional (3 por ciento). Al iniciarse el 2009, uno de los dos objetivos medulares de la propuesta energética de Obama ha sido, precisamente, resolver la dependencia de las importaciones petroleras, a partir de la promesa de reducir en 10 años el consumo de gasolinas del sector automotriz en un nivel superior al monto de las importaciones provenientes del Medio Oriente y Venezuela. Considerando la declinación productiva de sus recursos petroleros, dichas metas se antojan quimeras que no lograrán resolver la dependencia energética ni serán suficientes para garantizar su seguridad de abasto.

En lo que podría esperarse un impacto positivo de la propuesta del presidente Obama es en lo que concierne a las mejoras en el uso del combustible del transporte por las medidas que se adoptarán, así como en el impulso a la industria automotriz, sobre todo aquella localizada en territorio estadounidense.

Las medidas para combatir el cambio climático, otro de los objetivos medulares de la...

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