'A mà no me va a pasar'
| Autor | Tania Romero y Carlos Tomasini |
"A veces me enteraba de accidentes que le pasan a otros, pero yo decía 'a mí no me va a pasar'; todos se creen inmortales y, de repente, te cambia la vida por completo", reflexiona Fernanda Pérez Inclán, estudiante de la Universidad Iberoamericana que, en un choque automovilístico, perdió a su hermana y dos amigos al regresar de una fiesta.
En México, la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años son los accidentes de tránsito provocados por el alcohol.
Asimismo, a estas cifras de la Secretaría de Salud se suma que ese sector de la población es el que provoca más muertes a peatones y personas que viajan en otros vehículos.
Ambas cifras hacen que este sea considerado ya como un problema de salud pública en el País.
Aquí presentamos los testimonios de tres jóvenes que han vivido de cerca esa situación y que, aunque han tenido que sobreponerse a situaciones difíciles, hoy pueden contarlo para ayudar a evitar que se repitan.
'Mi hermana era mi mejor amiga'
A las 3:40 horas del 9 de septiembre de 2007, Fernanda Pérez Inclán y su hermana, Ana Ceci, volvían de una fiesta junto con tres amigos. Ella y el conductor no bebieron esa noche.
Al arrancar con el semáforo en verde en una esquina de Reforma, fueron impactados por otro auto. Su hermana y un amigo murieron al instante; el conductor tuvo muerte cerebral.
A ella también la daban por muerta, pero fue rescatada por paramédicos de la Cruz Roja. Ahí empezó un proceso que le ha costado 15 operaciones y asimilar los cambios en su familia.
"Mi hermana era mi mejor amiga, me la vivía 'de uña y mugre' con ella", recuerda.
Actualmente, Fernanda tiene 22 años y retomó sus estudios de Ingeniería Industrial en la Universidad Iberoamericana.
"Antes me fijaba en cierto coche o en las marcas, pero hoy ya sé que todo eso da igual, porque, al final del día, no te llevas nada", apunta.
'Volver a aprender cómo es estudiar'
En todo el País, 25 por ciento de los ingresos a salas de urgencias en los hospitales corresponde a jóvenes accidentados por causa de bebida alcohólicas, indican cifras del Centro Nacional para la Prevención de Accidentes.
Fernanda, de 22 años, forma parte de esta estadística.
Tras el accidente, pasó varios días inconsciente en el hospital con un coma inducido debido a sus lesiones, las cuales, estuvieron a punto de dejarla cuadrapléjica.
"Para mí, 40 días están perdidos totalmente", asegura.
En dos años, Fernanda ha enfrentado 15 operaciones en total para reconstruir diversas partes de su cuerpo y también ha tenido que pasar por varias terapias de rehabilitación.
Todo esto no impidió que retomara sus estudios, aunque las secuelas de las lesiones también le afectaron su forma de aprender.
"Tuve que volver a aprender cómo es estudiar, a concentrarme y a escribir", asegura la estudiante de Ingeniería Industrial.
"Antes era superordenada para mis cuadernos y todos le sacaban copias a mis apuntes; ahora soy un desastre y yo soy la que tengo que sacar...
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