Más clásico que retro

AutorBerenice Andrade

"Creo que soy un clásico. Una persona que lleva tantos años cantando no puede ser otra cosa que un clásico", asume sin modestia ni congoja Emmanuel, al otro lado del teléfono.

Efectivamente, 10 millones de discos vendidos a lo largo de su carrera lo avalan como tal, pero fue también esa fiebre por la música ochentera, que se ha adueñado a últimas fechas de toda clase de bares y antros, la que le echó una manita en ganarse a las nuevas generaciones.

Qué mejor momento entonces para refrescar los clásicos de su repertorio con arreglos contemporáneos, lanzar con ellos un disco titulado Retro y emprender la correspondiente gira. Foros abarrotados por toda la República y dos fechas en el Auditorio Nacional a tope demuestran que ninguno.

Y cuál fue su sorpresa: los chavitos coreando con harto sentimiento "Pobre Diablo" y "Tengo Mucho que Aprender de Ti".

"Me gustó ver a tres generaciones cantando mis temas. Hay canciones atemporales o muy juveniles, como "La Chica de Humo", pero me llamó mucho la atención ver a esos niños cantando temas que no les tocaron para nada", relata el cantante.

Emmanuel sigue cosechando los éxitos de su Retro, pues repite foro con el mismo tour -se presentará nuevamente en el Auditorio Nacional el próximo 22 de agosto- sólo para saciar las ansias de los fanáticos que, de plano, no se conformaron con dos conciertos o se quedaron sin verlo.

El cantante de 53 años, considerado uno de los más taquilleros de Latinoamérica, aclara que el éxito no lo hace de ningún modo sentirse confiado.

"Sé que esto es un oficio. Tienes que trabajar y si hay suerte, tienes que salir a buscarla".

Es por eso que el intérprete de balada no se duerme en sus laureles, ni siquiera en el ciberespacio, él está personalmente al tanto de todo, hasta de su MySpace.

"Cada 10 años la codificación generacional cambia, si quieres estar actualizado debes entrar en ese lenguaje que los jóvenes utilizan, si no vete a tomar un té a tu casa y ponte a jugar dominó".

Lidia en el escenario

Su madre, la cantante y actriz Conchita Martínez, fue quien lo introdujo en las artes vocales desde los ocho años; aunque él se sintió más atraído por seguir los pasos de su padre, el matador Raúl Acha.

Pero en 1975, Emmanuel aprendió a la mala que lo suyo no eran los ruedos: la embestida de un toro dejó como saldo lesiones graves en ambas rodillas, una intervención quirúrgica y una convalecencia de tres años.

Apadrinado por Pedro Vargas el matador encontró su suerte en el canto y...

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