Más allá de la taza

AutorClaudia Mendoza

El café, una de las bebidas mundialmente conocidas y degustadas, ha diversificado sus preparaciones gracias a que ha sido adoptado en infinidad de culturas que le aportan nuevos ingredientes.

Son muchos los aspectos que han influenciado su consumo, entre ellas la presencia de la iglesia, que lo hizo muy común al incluir una taza de café en su dieta.

"La iglesia fue parte fundamental de la distribución del grano, ya que los monjes podían estudiar más horas, rezar hasta la madrugada e inclusive se creía que tomar café los hacía más inteligentes.

"El café con leche llegó a Italia, pero por cuestiones genéticas la gran mayoría de los habitantes del sur de este país eran intolerantes a la lactosa, por lo que empezaron a consumir la bebida sin leche, y es precisamente en esa cultura donde se inventa el café exprés", indica Carlos González de Cosío, juez nacional certificado por la World Barista Championship.

Las variedades de cafés que en la actualidad se preparan en el mundo son muy amplias, pero dentro de las versiones frías y calientes resaltan las más comunes que dan origen a otras más.

Tal es el caso del exprés, una bebida corta de una onza que se produce al aplicar agua a aproximadamente 92°C por un portafiltro, a una presión de nueve atmósferas sobre una cantidad de entre siete y nueve gramos de café.

"Los italianos se volvieron expertos en la preparación de este extracto que debe contener tres aspectos fundamentales equilibrados: amargura, dulzura y acidez", agrega el juez.

Con el exprés se elaboran infinidad de bebidas, pues se usa como base para darle el auténtico sabor al grano.

El capuccino es también un invento de los italianos, que consiste en una base de exprés con una amplia capa de crema, sobre la cual se vierte la leche espumada a una temperatura aproximada de 76°C.

"La medida original y mundialmente aceptada para el capuccino italiano es de entre seis y siete onzas, con una tercera parte de exprés, otra de leche y una más de espuma.

"Por esto es que el capuccino se debe...

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