De luto, comunidad beisbolera de Minatitlán

Roselia Chaca, enviadaMINATITLÁN, Ver., abril 24 (EL UNIVERSAL).- La familia beisbolera de esta tierra está de luto, le arrancaron a sus jugadores, a sus entrenadores, a sus niños, que eran la promesa de la vida y la permanencia. Aquí, no era raro ver a Santiaguito en los partidos de beisbol de ligas pequeñas. En esta ciudad del sur veracruzano el rey de los deportes lo traen como marca de nacimiento casi todos los pequeños, es como una religión que les imponen sus padres, quienes siguen la tradición y la heredan a sus hijos varones, principalmente.

En esta lógica fue como Santiago Hernández heredó de su padre César Hernández Barrera la tradición, pero no por mucho tiempo, tan sólo un año: fue asesinado sin piedad por un comando armado la noche del Viernes Santo, junto con su progenitor y 11 personas más en una fiesta familiar en la palapa El Potro, cuyo nombre recuerda a un personaje que también alguna vez fue beisbolista, en la colonia Obrera.

El padre de familia tenía 35 años, combinó su carrera como ingeniero electromecánico con el beisbol, era también coach del equipo "Marlins" de la categoría Pony con niños de 13 a 16 años y, además, formaba parte del equipo de béisbol del Taller Mecánico del Complejo Petroquímico de Cosoleacaque.

César llegó al beisbol de la mano de su padre, como luego él lo hizo con su hijo Santiaguito. A los cinco año entró a la liga Escuelita que es para niños de 5 a 6 años, pasó por las seis categorías que posee la Liga Infantil y Juvenil de Beisbol de Minatitlán, una de las más importantes del sureste mexicano porque a ella llegan a jugar niños de los estados de Oaxaca, Tabasco y todo Veracruz, una liga que atiende a más de 400 menores, según el informe que da Jorge Montoya, ex director de la Liga Pequeña.

Carlos Fernández, cronista deportivo de Minatitlán, recuerda a César como un hombre alegre y disciplinado, un joven con mucho futuro como entrenador de la Liga Pequeña, porque se formó en el sistema beisbolero ya que fue seleccionado siete veces para equipos de Puebla, Mazatlán, Nuevo Laredo, Mochis y Culiacán, de los 5 a los 14 años, actividad que luego abandonó para estudiar.

César era conocido como "El Volvo", como los poderosos acumuladores de vehículo; sus amigos también le decían "Apá", por utilizar la frase para todo. Él era admirador de los Medias Rojas Bostón, era la figura admirada de Marcos Davis, su primo hermano, otro de los jóvenes beisbolistas que...

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