Lujosos Cruceros: Una brisa de distinción

AutorEsther Garcilita

REFORMA/ Enviada

Seven Seas Navigator.- Una bandera de las Bahamas ondea en la parte superior del Seven Seas Navigator. La embarcación de 28 mil toneladas espera majestuosa a sus pasajeros.

Los viajeros, en su mayoría esta-dounidenses arriba de los 50 años, tienen cierto aire de distinción. El 86 por ciento del mercado de los cruceros lo acaparan los pasajeros provenientes de EU y sólo el 14 por ciento son originarios de otros países. Es evidente que no es la primera vez que salen de vacaciones. No parecen compartir la emoción que sentirá el turista clasemediero promedio ante la experiencia de lujo que rodea el recorrido, en este caso un viaje de seis días por el Caribe.

No hay entretenimientos específicos para niños. Es evidente que la lujosa nave no está diseñada para recibirlos, e incluso se reserva la admisión y establece un límite en el número de infantes que participan en cada viaje. Este barco espera otro tipo de pasajeros: parejas mayores, recién casados, tranquilos, que huyan del ruido y del escándalo y, sobre todo, sibaritas. Comer, beber, descansar y disfrutar son, más que nunca, los deberes del viajero.

El SS Navigator, de la línea Radisson, fue inaugurado en 1999, y se siente nuevo. Está decorado en estilo europeo contemporáneo: mucha madera, líneas sobrias y un toque marino. Después de documentar y tomarse la clásica foto del recuerdo, el pasajero es guiado a su habitación. Mientras más alta la cubierta, más elegante la suite.

En el camino conoce a quienes serán sus anfitriones durante la travesía: camareros y mayordomos saludan sonrientes a los lados del pasillo. No esperan propina, porque éstas ya están incluidas en la tarifa del crucero, y eso los hace aún más amables. Fruta fresca y una botella de champaña dan la bienvenida al viajero en privado. Amplios espacios decorados con más madera y sedas en tonos terracota, televisión, videocasetera y teléfono son algunas características de cada cuarto. Mucha gente pasa bastante tiempo en su habitación, y es que es tan cómoda que no dan ganas de salir. Lejos están las cabinas "con vista al mar", con una boya redonda que sólo permite asomarse y ver las olas golpear contra el vidrio, propias de otros cruceros. Un 90 por ciento de las suites posee un balcón, un lujo digno de un barco de seis estrellas, y algunas categorías tienen servicio de mayordomo.

Si se sufre de claustrofobia, un viaje de esta naturaleza no es recomendable. La embarcación entera se conoce en detalle desde el primer día y las visitas a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR