Luis Rubio/ El tongo de Taesa

AutorLuis Rubio

Taesa era una línea subsidiada y mal administrada, que operaba con carcachas voladoras, pero cumplía una función crucial en la industria aérea mexicana: aunque más pequeña que las dos empresas dominantes en el mercado, Aeroméxico y Mexicana, las tarifas de Taesa constituían un límite absoluto a lo que esas dos empresas podían cobrarle a sus clientes. Es decir, la existencia de Taesa impedía que se consumaran las peores consecuencias del virtual monopolio de la aviación que constituyen Aeroméxico y Mexicana, ambas propiedad de la controladora Cintra, a su vez propiedad del gobierno. Ahora que Taesa ha desaparecido, las tarifas de estas dos empresas podrían dispararse sin que nada lo impida. Pero la culpa no sería de las aerolíneas sino de la estructura monopólica que las autoridades han creado para esta industria. Como en el cuento del rey que andaba desnudo pero al que hicieron creer que portaba un lujoso vestido, la ficción de la competencia en la aviación nacional ha quedado expuesta con la quiebra de Taesa. Al menos ya podremos llamar al pan pan y al vino vino.

Aunque formalmente operan como dos líneas separadas, a ningún usuario le queda la menor duda de que Aeroméxico y Mexicana son una misma empresa. El número de vuelos compartidos es creciente y la distribución de las rutas no sigue una lógica competitiva, sino más bien complementaria. No menos importante es el hecho de que existe un conflicto de interés permanente entre el gobierno en su calidad de regulador de la industria, y el gobierno propietario de las aerolíneas. Dado que, al menos formalmente, la industria está abierta a la competencia, la participación de las autoridades en el consejo de Cintra, en la regulación de las líneas, en la negociación de tratados aéreos internacionales y en el IPAB (en su calidad de propietario de la mayoría de las acciones de ambas empresas), constituye, en el menos malo de los casos, un interminable círculo vicioso. Es posible que, como argumentan los funcionarios de la SCT, el mercado mexicano sea demasiado pequeño para la existencia de un amplio número de empresas aéreas. Sin embargo, la realidad es que las autoridades no han explorado las opciones posibles, toda vez que sus decisiones a la fecha revelan una profunda convicción de la necesidad de contar con empresas dominantes en éste y otros ámbitos de las comunicaciones. La noción de que debe haber campeones nacionales se ha convertido en un factor que obstaculiza la competencia y la hace, en...

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