Luis Rubio / Victoria ¿para qué?

AutorLuis Rubio

Hay dos hechos indiscutibles en los resultados de los comicios del domingo pasado: por un lado, el partido del gobierno logró mantener su posición en el congreso, lo que constituye un triunfo bajo cualquier rasero. Por otro, hay amplia evidencia de una profunda desazón social a todos niveles (76% desaprueba al gobierno, BGC), capitalizada por "el Bronco" a todo color. Parecerían circunstancias incompatibles y contradictorias, pero no lo son. La combinación es un fiel reflejo de la intrincada realidad que vive el país. La gran pregunta es qué hará el gobierno con su victoria: ¿persistirá en su pretensión de que ya reformó al país y todo lo que hay que hacer es esperar a que el árbol dé frutos por sí mismo? o ¿convertirá el resultado electoral en la oportunidad de construir una capacidad de gobierno que efectivamente haga posible que sus reformas rindan frutos? Aunque parezcan similares, son proyectos radicalmente distintos.

No es difícil describir lo que ocurrió la semana pasada. Por el lado estrictamente electoral, las elecciones intermedias, aunque cada una es única, son siempre elecciones de maquinaria y por eso el PRI goza de una enorme ventaja. Esa maquinaria fue la que le hizo perder más de cien escaños al PAN en 2009, por lo que no sorprende que haya tenido el efecto contrario en esta ocasión. También es importante anotar que esa maquinaria fue asistida, de manera perversa, por los anulistas, cuya acción tuvo el efecto de alterar el denominador y regalarle plurinominales al PRI. Paradojas que da la vida: nadie sabe para quién trabaja.

Por el lado del hartazgo, las causas son muchas y múltiples, algunas objetivas y otras psicológicas, pero todas cuentan y, más importante, se suman. Para unos el flagelo es la inseguridad, para otros los impuestos. Para otros más la flagrante corrupción. Para todos, la parálisis gubernamental ha sido pasmosa y su coronación fue la decisión de suspender la reforma educativa: evidencia clara de un gobierno que no funciona. Nuevo León resumió la dinámica que vive el país porque ahí un candidato hizo suyo el hartazgo como plataforma de campaña, teniendo al gobernador saliente como perfecto ejemplo de lo que la población repudia.

El problema no es nuevo y no es culpa de la actual administración. Félix Cortés argumentaba que por décadas la gente votó por Cantinflas como un medio para expresar enojo y repudio, mensaje que los políticos nunca entendieron o atendieron. Es decir, el problema es viejo...

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