Luis Rubio / Trump y las manufacturas

AutorLuis Rubio

En Tiempos difíciles, Charles Dickens describe de manera desgarradora los efectos de la Revolución Industrial sobre poblaciones enteras que quedaron de- samparadas, sin empleo, seguro social o cualquier otro método de sobrevivencia. El advenimiento de la máquina de vapor fue devastador para el trabajo manual, eso a pesar de que virtualmente todos los trabajadores de aquella época tenían la posibilidad de aprender a usar las nuevas máquinas. Algunos aprendieron, otros quedaron fuera, sufriendo las consecuencias. Aunque angustiante, esta es la historia de la humanidad: Deirdre McCloskey ha mostrado cómo el cambio tecnológico ha ido de la mano con la historia, desde la invención de la rueda, las poleas y las redes para pescar, la tecnología ha transformado la forma de producir y de vivir. Seguramente hubo un Trump militante y aguerrido intentando contener las aguas de la presa que arreciaba en cada uno de esos momentos.

Con Trump o sin Trump, la tecnología seguirá avanzando y eso es algo en lo que los mexicanos no hemos reparado mucho: la planta industrial prototípica en el país sigue siendo más bien tradicional, en el sentido en que involucra a mucho personal manejando máquinas, incluso algunas de enorme complejidad. Esto contrasta con la planta exportadora y la más moderna del mundo que están llenas de robots, con un personal mínimo. Antes se requerían dos operadores por telar; hoy, una persona con su computadora puede supervisar hasta cinco mil telares simultáneamente. El cambio, y la destrucción de empleos tradicionales, es impactante e incontenible. Y no es nuevo.

Esta realidad entraña dos enormes retos para México. Por una parte, tarde o temprano, la planta manufacturera tradicional va a ser arrasada por la creciente sofisticación de los procesos productivos y la demanda de los consumidores. Baste imaginar lo que implicará la multiplicación de impresoras de tercera dimensión, algo que los changarros de Fox ni siquiera pueden imaginar. Los estudiosos de la Unión Soviética han concluido que fue el cambio tecnológico el que realmente minó al viejo imperio ruso: al final del día, la URSS -con excepción de lo militar- fue incapaz de mantener el paso con occidente. En México no estamos muy lejos de un desenlace similar en toda la planta manufacturera tradicional que, a pesar de toda clase de protecciones arancelarias, no arancelarias y subsidios, acabará muriendo. No es casualidad que los vendedores de milagros -como Trump en...

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