Luis Rubio / Tormentas

AutorLuis Rubio

Según un viejo proverbio chino, "cuando hay tormenta bajo los cielos, los problemas pequeños se convierten en problemas grandes y los problemas grandes no se pueden resolver. Cuando hay orden bajo los cielos, los problemas grandes se tornan pequeños y los problemas pequeños no deben obsesionarnos". A juzgar por el relato que hace Josh Rogin del gobierno de Trump, todo se hizo, conscientemente o no, para magnificar el conflicto y, por lo tanto, hacerlo inmanejable.

Caos bajo los cielos* es un libro fascinante que describe el devenir dentro del gobierno de Trump. Un gobierno caracterizado más por el caos que por la organización y claridad de propósito, la de Trump fue una administración que nunca aterrizó la retórica del presidente en políticas concretas o administró a las diversas facciones que se organizaron dentro de su gabinete para avanzar (o impedir) la consolidación de una agenda.

En la relación con China, el asunto central del libro, la única palabra que puede describir lo ahí ocurrido es caos, abriéndole la puerta al presidente chino para avanzar su propia agenda, él estando en pleno control de su gobierno. No por casualidad, Rogin comienza el libro con una cita de Mao que rima con el proverbio mencionado arriba: "hay un gran caos bajo los cielos... La situación es excelente".

Aunque el libro se refiere a la estrategia -si a lo que ahí ocurrió se puede denominar de esa manera- del gobierno de Trump hacia China, hay un sinnúmero de comentarios y descripciones a lo largo del texto sobre los otros asuntos que motivaban al presidente y que lo convierten en una gran ventana hacia su forma de operar. Ahí aparece el TLC norteamericano, reuniones con diversos presidentes, el desprecio de Trump por la gente común y corriente (que fue su base política más sólida), la lógica de la intervención extranjera en política americana, el desdén por los integrantes de su gabinete y su manera tortuosa -instintiva y de bote pronto- de decidir sobre asuntos tan complejos y delicados como la OMC, Taiwán, China, el T-MEC, Corea del Norte, Covid, etcétera. Un desorden que uno no esperaría de una superpotencia con armas nucleares al alcance de su presidente.

Trump no esperaba ganar la elección de 2016. Su campaña fue instintiva, contraria a lo que los profesionales de estrategia electoral consideraban elemental, pero resultó exitosa porque empató con el sentir de un amplio segmento del electorado. Esa victoria lo envalentonó para proseguir con una...

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