Luis Rubio / Lo que sigue

AutorLuis Rubio

2008 promete ser un año decisivo. El país se ha estabilizado, el ejecutivo y el legislativo han encontrado formas de colaborar y avanzar la agenda de ambos poderes y la economía mantiene su rumbo. Aunque es evidente que hay focos ámbar en muchos frentes y algunos rojos, como la economía, el panorama no guarda semejanza alguna con los aciagos días del periodo postelectoral de 2006. Los cimientos no son malos, pero éste es el año en que el presidente deberá lograr un desempeño que impacte el resultado de los comicios intermedios, lo que sin duda hará más difícil el trabajo con el legislativo. Lo que resulte de este año seguramente acabará definiendo los parámetros de la política mexicana por los siguientes años. La gran incógnita es cómo responderá la ciudadanía ya después del primer año de gobierno, con expectativas muy distintas a las que caracterizaron el inicio.

Sin duda lo más trascendente del año pasado fue el hecho de que el ejecutivo y el legislativo encontraron un modus vivendi que resultó muy productivo. Luego de una década de parálisis en la interacción entre poderes, el año pasado se lograron avances notables en materias que parecían imposibles, sobre todo en temas como las pensiones, lo fiscal y lo electoral. Evidentemente, no todas las reformas que se aprobaron son perfectas y algunas de ellas trastocan elementos críticos de la vida económica y política del país y cuyas consecuencias reales tomarán años en hacerse evidentes. Pero eso no disminuye el hito que constituye el haber encontrado una forma efectiva de cooperar y funcionar.

El año que corre por fuerza tendrá que ser distinto. Tres son los factores que cambian. Uno, la dinámica electoral va a comenzar a hacer ruido este año. Pasado el periodo de sesiones de febrero y marzo, los políticos se concentrarán en las elecciones federales intermedias de 2009. A nivel individual, los diputados comenzarán a buscar opciones personales, dado que su periodo concluye en aquel momento, pero lo relevante es que todos los partidos enfocarán sus baterías hacia la movilización electoral e identificación de candidatos. Luego de la controvertida elección de 2006, todos los partidos querrán ganar terreno y demostrar su fortaleza: el PAN tratará de refrendar su legitimidad a través de un triunfo legislativo importante, el PRD intentará probar su relevancia electoral y el PRI buscará mejorar su posición. Para los partidos, el 2008 establecerá la dinámica que defina la correlación de fuerzas en...

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