Luis Rubio / Reelección

AutorLuis Rubio

En el corazón de la confusión en que se ha convertido la política mexicana, los intereses más oscuros, parasitarios y depredadores han encontrado a su mejor aliado. Mientras que la idea de la democracia sigue siendo tema de debate y convocatoria en los círculos académicos e intelectuales, diversas personas y grupos en la política y la economía han aprovechado este galimatías para avanzar el beneficio personal, así como para dañar los intereses y derechos políticos y económicos del resto de los mexicanos. Dos denominadores comunes están presentes en todos estos grupos: uno, todos sus integrantes se envuelven en la bandera nacional para presentarse como salvadores de la patria; el otro es que todos invariablemente se dedican a avanzar sus intereses particulares, así sea de manera inconsciente. La reelección es una de esas ideas y estrategias de desarrollo democrático importantes, que han sido secuestradas por intereses particulares.

Sin duda, la reelección de diputados, senadores y legisladores locales es una necesidad para el desarrollo político del País. No obstante, mientras subsistan legisladores por representación proporcional (o plurinominales, como se les llama en la jerga electoral), la reelección acabaría convirtiéndose en una perversión democrática y en otro más de los instrumentos a través de los cuales los partidos y un sinnúmero de políticos en lo individual pretenden secuestrar al sistema político.

Como todo en la política, la reelección es, o debería ser, un instrumento para desarrollar pesos y contrapesos en las instituciones públicas. En la medida en que la reelección sirva para crear incentivos que obliguen a los legisladores -es decir, a los representantes populares- a acercarse a los electores y, de esta manera, ser más responsivos y mejores representantes de sus intereses, dicho instrumento habrá avanzado los derechos políticos de los mexicanos y habrá sedimentado una capa más de soportes para la construcción de una democracia viable.

Pero lo contrario también es cierto: si la reelección sirve para preservar a un grupo de políticos que nunca fueron electos de manera directa en el Poder Legislativo y que por esa razón no son próximos a la población, la democracia mexicana sufriría un golpe más y la capacidad de desarrollar un sistema político funcional, ya de por sí golpeado a más no poder, continuaría su deterioro. El tema es por ello fundamental: aunque la reelección es una condición necesaria (y central) para lograr un...

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