Luis Rubio / Pandemia

AutorLuis Rubio

El señor de la casa amenazó a su esposa de una manera tajante, quizá insoportable: me traes a una niña como "regalo" o violo a nuestras hijas. La mamá respondió trayéndole a una niña. El dilema tal vez fue existencial, pero la mujer cumplió, condenando con ello a una niña inocente. Lo que sigue todos lo sabemos: la niña se llamaba Fátima.

La verdadera pandemia que sobrecoge a México no es el coronavirus, sino la impunidad y en ningún asunto es ésta mayor que la que aqueja a las niñas, a los niños y a las mujeres. La rampante impunidad ha hecho posible no sólo que la violencia se apropie de la vida de la sociedad mexicana, sino, todavía peor, que ya a nadie le parezca algo extraño.

¿En qué país se tolera la violencia como la que aqueja a la sociedad mexicana sin que pase nada? ¿En qué país es posible que lo que es intolerable se haya tornado cotidiano sin que nadie diga, o pueda decir, nada? ¿En qué país el Gobierno se siente agraviado por que la sociedad proteste por los feminicidios y los infanticidios, es decir, por la impunidad? ¿En qué país se desacredita a quien llama la atención sobre crímenes que no deberían existir? ¿En qué país el partido gobernante y sus acólitos acusan a las víctimas de su propia desidia? Sólo en un país que ha perdido todo vector de civilidad y civilización.

La revolución de la información ha transformado toda la actividad pública, pero especialmente las relaciones entre Gobierno y sociedad porque les ha dado instrumentos nuevos que antes nunca eran asequibles.

La ubicuidad de la información implica que la sociedad está informada, se comunica y actúa, todo eso sin la mediación gubernamental, que era el sello del siglo 20. El Gobierno ahora enfrenta el reto no sólo de comunicar, sino sobre todo de convencer. Desapareció el otrora monopolio de la información.

En este siglo 21, las crisis son momentos clave de transformación o quiebre. Transformación cuando se alinean los gobernantes y la sociedad para construir una nueva constelación. Quiebre cuando cada uno de esos componentes jala para su lado, en ocasiones confrontándose. El Gobierno vive de la confrontación y no concibe que pueda existir una sociedad funcionando de manera armónica, lo que le impide comprender el reto que los feminicidios le han colocado en el portón de Palacio.

En el siglo 21, un Gobierno serio y realista encabezaría el movimiento en contra de los feminicidios e infanticidios, los convertiría en una causa común para transformar al país. En la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR