Luis Ramón Carazo / El Abate Pierre

AutorLuis Ramón Carazo

Murió en el hospital militar de Val de Grace, París, a los 94 años de edad. Su nombre es asociado a nivel internacional con Emaús, la organización de ayuda a desamparados que construyó con sus propios recursos. Georges, un criminal liberado tras ser condenado a cadena perpetua, fue la primera persona que acogió, y se convirtió en su gran colaborador.

El Abate Pierre, al que en su adolescencia llamaban castor meditativo, ingresó con 19 años en el convento de los capuchinos, tras renunciar a todo (herencia de su rica familia), fue ordenado sacerdote en 1937. Su imagen en Francia, ascética y popular; su ironía y su capacidad para indignarse lo convirtieron en la conciencia moral de todo un país.

El Abate era vicario en la catedral de Grenoble cuando se produjo la ocupación alemana de Francia, y comenzó por ayudar a esconder en refugios de la montaña a jóvenes que querían mandar a trabajos forzados en fábricas alemanas, no sólo por los nazis, sino por los policías del Gobierno pro-nazi de Vichy.

Ayudado por una monja, el Abate fabricó documentos de identidad para numerosas personas. La Gestapo terminó por descubrir las actividades clandestinas del entonces vicario de la catedral de Grenoble y lo detuvo, pero se logró evadir, trasladándose luego a África del Norte donde fue capellán de la Marina en Casablanca hasta que terminó la Segunda Guerra Mundial.

Encargado de misiones, el Abate se conmocionó al ver la miseria reinante en la Francia de posguerra y decidió actuar, aceptó presentarse como candidato independiente del Movimiento Republicano popular (demócrata cristiano), convirtiéndose en diputado entre 1945 y 1951.

El nombre de Emaús que lucha por la dignidad del alojamiento proviene del pueblo palestino en el que, según San Lucas, se había aparecido Jesús resucitado, con la consiguiente esperanza recobrada para sus discípulos.

En una entrevista respecto al proyecto Emaús dijo (en tono de broma) "Pensar que todo esto comenzó de la unión de un religioso y un asesino. Conocí a Georges, que había tenido una vida terrible, y sólo pensaba en suicidarse, entonces le dije: eres libre de suicidarte si quieres, pero antes de hacerlo ¿Por qué no me ayudas a trabajar?".

Georges se convertiría en uno de sus más estrechos colaboradores, y a Georges se unieron luego otros delincuentes arrepentidos, los primeros traperos de Emaús; recogían ropa...

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