Luis Manuel Garza/ La sinrazón de asesinar

AutorLuis Manuel Garza

¿Por qué la mató?

"Ella me dijo algo ofensivo y luego tomó un casete de video y me lo arrojó al estómago", asegura Julio Castrillón Valdés al repetir las supuestas palabras de su hijo.

De plano, ese señor sí tiene temple de acero para asegurar lo anterior sin inmutarse; sin proferir ningún tipo de sentimiento empático para con la niña victimada.

Es más, Castrillón Valdés parece convencido de que el argumento dado constituye una perfecta justificación.

Ahora voy entendiendo el comportamiento inusual del joven Julio, pues al menos sabemos que cuenta con el aval familiar.

"Me hizo un raspón", dice Castrillón repitiendo lo que, según él, su hijo le dice; pronunciándolo con tal furia, que bien pareciera ser un raspón algo terrible, irreparable e imperdonable.

"Fue un momento de locura momentáneo", sentencia Castrillón Valdés, intentando fallidamente absolver a su hijo, asesino confeso de Anita.

Fíjese cómo todo esto carece de sentido.

En el expediente consta que el primero de febrero pasado el joven fue interrogado por las autoridades en presencia de su defensor particular.

Una de las preguntas formuladas fue la siguiente:

"Que diga si el día de los hechos o con anterioridad a los mismos tuvo alguna dificultad con la menor Ana. En su caso, que diga cuándo y en qué consistió".

La respuesta del joven es desconcertante, pues se asienta en actas y para la posteridad "que no tuvo ningún problema".

¿A qué obedece entonces la actitud de Castrillón Valdés? ¿Estará dándose cuenta de lo que hace?

"Quien al hijo consiente, engorda una serpiente", dice un refrán popular, el cual me fue sugerido por un amable lector en relación a mi editorial de la semana pasada.

Bajo esa óptica, nunca será demasiado tarde para que Castrillón Valdés adopte una postura acorde con la realidad y acepte que su hijo asesinó a Anita con premeditación, alevosía, ventaja y traición; que es sádico, muy peligroso y con tendencia a reincidir. (No lo digo yo, sino los dictámenes periciales y la resolución definitiva dictada en el proceso).

La mera verdad, había decidido escribir de otro tema menos espinoso, pero hubo varios factores que me forzaron a cambiar de opinión.

El miércoles pasado un colega me habla por teléfono y me dice: "Te faltó manejar lo del delito continuado. La niña fue declarada muerta hasta el día siguiente".

Muy cierto.

Otra persona me habla y me dice "No se sabe si la niña estaba viva cuando la metieron a la regadera y la acuchillaron para desangrarla sin dejar...

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