Luis Manuel Garza / Francisco

AutorLuis Manuel Garza

Ahora que el austero Papa Francisco dio un nuevo revés a las facciones ultraconservadoras de la Iglesia católica, con un discurso de apoyo total a la mujer dentro de la organización, me da pendiente que le vaya a dar un "infarto al miocardio" como dicen que le dio a Juan Pablo I en 1978.

En un discurso alusivo al 25 aniversario de la promulgación de la carta apostólica "Mulieris Dignitatem" sobre la dignidad de la mujer pronunciado por el Pontífice latinoamericano el pasado 12 de octubre, aseguró sufrir por ver a la mujer dentro de la propia Iglesia católica sumida jugando un papel de servidumbre.

Esta declaración no es la primera en ese sentido, puesto que el mes pasado en entrevista para la revista La Civiltá Cattolica, el Papa aseguró que era necesario "ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia", y para complementar la idea puntualizando que "la Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer".

Y tampoco es la única postura revolucionaria, pues este mismo año ha condenado a los que llamó "clérigos trepadores" refiriéndose a quienes sólo piensan en su ascenso por motivos personales. También criticó la riqueza de la propia institución y a quienes sólo piensan en ella como una institución acaudalada.

Instó a los Obispos latinoamericanos a amar la pobreza, acercarse a la gente y llevar una vida austera; y en otra entrevista, a pregunta expresa respondió que no podía criticar a nadie por su orientación sexual.

Y en la misma entrevista con la revista jesuita La Civiltá Cattolica, criticó que la Iglesia católica esté obsesionada con censurar el matrimonio homosexual, el aborto y la anticoncepción.

En estas páginas he criticado a la Iglesia católica por los excesos e incongruencias de algunos de sus jerarcas, por ostentosos, prepotentes, avariciosos, violadores, pederastas, lavadores de dinero, impostores y muchas otras cuestiones decadentes que afectan a propios y extraños.

Desde hace 10 años me he pronunciado en favor del uso responsable del condón, lo que en alguna ocasión me costó que un tipo muy valiente, pero anónimo, me escribiera...

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