Luis Eduardo Villarreal Ríos / Se le acabó el gas

AutorLuis Eduardo Villarreal Ríos

Muchos y muy preocupantes son los gestos y las actitudes del Presidente Fox que denotan desánimo por la facultad de ejercer el poder. Da la impresión de que perdió el apetito para sacar adelante su proyecto sexenal.

El sábado pasado, un amigo me compartió su hipótesis: cada vez que la señora Sahagún atrae los reflectores y declara ante los medios, lo hace no para promoverse a sí misma, sino para levantar a su alicaído cónyuge.

Seguramente, me decía mordaz, es ella la que lo manda a trabajar, le pone al día la agenda y trata de mantener unido al gabinete. Como si esto fuera poco, insistía, la Primera Dama diseña buena parte de la estrategia de gobierno.

El desgano presidencial se percibe por omisión, es decir por la escasísima voluntad de reparar la deteriorada relación entre el poder que él representa y el Legislativo, entre su Administración y la del Distrito Federal.

Nadie duda que un gobierno con brío y pasión no sólo conservaría saludable el estado de la Nación, promovería además respuestas eficaces a los problemas que padece la sociedad, establecería alianzas, pondría orden.

Pero el despreciable espectáculo de pleitos personalizados del Presidente con el jefe de Gobierno del DF, las renuncias al interior del gabinete y el protagonismo de Marta Sahagún, dejaron atrás la ilusión del cambio.

¿Por qué el desinfle político del Presidente? Más allá de la impericia, la ambición desaforada y la irresponsabilidad, está, me parece, la simplista y equivocada idea que identificó el cambio con la derrota del PRI.

Creyó Fox que la alternancia era alternativa de sistema: tremendo error de cálculo. En primer lugar, porque sacar al PRI de Los Pinos no significó la derrota del ex partido de Estado.

Prueba de ello es que el PRI está vivo y coleando por las entidades federativas, la mayoría de las cuales gobierna. Pelea y gana elecciones, aunque sea por escaso margen; es, además, la primera fuerza legislativa.

Falló en su cálculo porque, al llegar al poder, quiso aliarse con Roberto Madrazo. En la primera visita del tabasqueño a Los Pinos, Fox dijo: "Vamos a cogobernar", como si no hubiera otra forma de tratar a la Oposición.

En ese momento, el Presidente no se percató de que el sistema político estaba organizado bajo el supuesto de que sólo el partido oficial podía gobernar, lo que significaba un fuerte riesgo de inestabilidad en caso de que se diera la alternancia.

Lo conducente, entonces, hubiera sido el trato respetuoso, negociador, político, pero no...

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