Luis Eduardo Villarreal/ Con la imagen caída

AutorLuis Eduardo Villarreal

"Cuando el homo sapiens es suplantado por el homo videns", nos recuerda Giovanni Sartori, "el lenguaje conceptual (abstracto) es sustituido por el lenguaje perceptivo (concreto) que es infinitamente más pobre [...] en cuanto a la riqueza de significado, es decir, de capacidad connotativa".

Si algo deja en claro la psicología de la forma (Gestalt) es que nuestras percepciones no necesariamente reflejan lo que observamos, sino la reconstrucción de lo observado. Y en política, ese ámbito que intenta regular relaciones sociales muy contingentes bajo la égida del bien de la mayoría, dichas percepciones a menudo no se adecuan con el mundo de lo real.

La figura de Vicente Fox, el Presidente mediático de las mexicanas y los mexicanos, cabe en este esquema. Su estilo francote, de ranchero próspero, fajador de gran punch, sepulturero del PRI y capitalizador de la alternancia bastaba, creyó él, para generar una opinión pública favorable. Pero los sondeos demuestran que se equivocó.

Su calificación general hace nueve meses (7.1) demostraba la sanción de una sociedad generosa, que le otorgaba el beneficio de la duda al vencedor inequívoco del régimen de partido de estado. Ahora, los 6.9 puntos, según varias encuestas de opinión, demuestran que la popularidad del guanajuatense ha tenido que atenerse a datos fehacientes que aún no están a la vista.

Con el primer Informe de Fox tenemos a la mano varias novedades: el hombre de la imagen, el videopresidente, tuvo que ceder el paso a la ortodoxia propia del ritual parlamentario de los informes anteriores. Será que los magros resultados de su administración lo hicieron más consciente de que para dar a luz el cambio se requieren más de nueve meses.

Algo cierto dijo la Diputada Beatriz Paredes en su "respuesta" al Informe: lo que en política califica al ser humano no son sus propósitos, sino sus acciones. El corolario para la reflexión es que por más virginal que haya nacido la esperanza de tener a un no priísta en el poder, la observación de estos meses aconseja no echar las campanas a vuelo.

Para Fox, el capital emanado del 2 de julio tiende a cero. Hasta hoy su agenda está más saturada de promesas pendientes que de logros, cito aquí lo más urgente: aprobar la reforma eléctrica, la hacendaria y la del Estado; combatir el poder creciente del narco y la inseguridad; atajar el deterioro dinámico del campo, y revertir la insensibilidad demostrada con el dictamen de Ley Indígena.

Insisto, por si acaso se piensa en...

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