Luis F. Aguilar / La segunda alternancia

AutorLuis F. Aguilar

Ha ocurrido la segunda alternancia, la priista. Su desafío será lograr que la transición democrática concluya en gobierno, sea gobierno y no solo elecciones, gobierno efectivo y no solo gobierno dividido. Ya pasaron 12 años. Es momento de poner punto final a la primera alternancia que festeja la caída del autoritarismo y exigir a la segunda alternancia, menos ovacionada, que se centre en la tarea de lograr que el régimen democrático sea gobierno, dirección de la sociedad. Ha llegado también el momento de dejar de prestar atención a la democracia quejumbrosa de una cierta izquierda para la que nada funciona en este país, que respalda la democracia electoral porque le permite tener acceso al poder y a los dineros públicos, pero cuya oposición política impide que los gobiernos gobiernen y se reduce a ocupaciones de tribuna, gritos, bloqueos, marchas... sin ideas alternativas viables. Esta izquierda insustancial importa cada vez menos a los ciudadanos.

El mérito del PAN en estos primeros 12 años de democracia ha sido el cuidado que ha puesto en los aspectos institucionales del gobierno democrático, en someter el Poder Ejecutivo al control de los poderes Legislativo y Judicial, en instaurar la transparencia, la fiscalización y la rendición de cuentas como principios de gobierno, en aceptar las libertades políticas y el escrutinio ciudadano. Se le puede criticar que no acertó a crear el orden institucional que la democracia presidencial requiere para poder actuar con efectividad o que fue un gobierno administrador más que directivo o un gobierno policía dedicado a la persecución de los criminales más que un estratega del desarrollo, pero no se puede regatear al panismo el mérito de su leal compromiso con los aspectos institucionales de la democracia.

El paso que sigue es activar todas las iniciativas posibles para que la democracia acredite que no solo es gobierno institucional sino de resultados, no solo gobierno representativo sino responsivo, no solo de valores políticos sino de productos sociales. Sin embargo, conviene recordar que así como fue terriblemente nocivo que nuestra transición democrática dejara de lado la necesidad de construir el orden institucional que la democracia necesita para gobernar, lo cual propició el naufragio de la primera alternancia panista, el defecto de la segunda alternancia priista sería no prestar atención a lo que debe entenderse por resultados, por democracia de resultados. Más aún, así como los defectos de la...

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