Luis F. Aguilar / Año nuevo inteligente

AutorLuis F. Aguilar

Es imposible no pensar en el pasado y en el futuro de nuestras vidas al final del año, cuando una medida del tiempo termina y otra comienza sin discontinuidad. La reflexión sobre el recuerdo y el porvenir del tiempo personal y social puede organizarse de varias formas, pero esta vez la imperecedera mitología griega es una buena referencia.

Sabido es que Crono (asimilado después a Cronos) devora a sus hijos uno a uno, pues teme que puedan reproducir la historia que él protagonizó castrando y deponiendo a su padre Urano. Sabemos que solo el inmortal Zeus, su hijo antagónico, pudo derrotarlo y obligarlo a vomitar y devolver a la vida a sus hermanos que se había tragado. Sobre todo, es fascinante y hasta despierta sentimientos de optimismo saber que Zeus, el vencedor del tiempo, procrea desde su cabeza a Atenea, la diosa de la inteligencia, la política y la estrategia militar. Viéndonos en el espejo de los mitos, reconocemos que el tiempo pasa sin remedio y nos traga uno a uno tarde o temprano, reconocemos también que no nos interesa en lo absoluto que el tiempo nos devuelva a un buen número de los que ha tragado y que deben quedar sepultados en el pasado. En cambio, nos interesa que aparezca entre nosotros algún agrupamiento dirigente que juegue el rol de Zeus, alguien que, después de salir triunfante de la Gigantomaquia (parecida a la lucha que hoy se libra contra los monstruos multiformes de los cárteles), alumbre desde su cabeza a Atenea y posea la inteligencia para explicar y resolver los críticos problemas sociales de estos años inciertos, desde la criminalidad violenta hasta la inequidad improductiva. No importa que Atenea no esté hecha para crear un nuevo tiempo y orden social perfecto, en el que todo sea virtud, pues no es una diosa de la salvación humana, aunque sí una referencia desafiante para la conducción política de la ciudad, que exige una dirigencia inteligente, con la capacidad analítica y estratégica suficiente para resolver los problemas de la vida en común.

Hemos llegado a un punto en que lo que importa en política es la inteligencia. Hay que recalcar como nunca el tema del gobierno inteligente. En el pasado, en el siglo XX, fascinó a muchos el poder, su capacidad para hacer cosas como fuera, bien o mal, con tal de que el país dejara su crónico atraso. Más tarde, ante los límites y daños sociales de ese poder desbordado, lo que nos importó fue la representatividad del poder y exigimos que fuera elegido, responsable y se...

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