Lucrecia Lozano/ Nueva geopolítica

AutorLucrecia Lozano

La desaparición del bloque comunista que sobrevino a la caída del Muro de Berlín en 1989 tomó a la opinión pública y los expertos por sorpresa. Todos los análisis que se elaboraron en los años 80 del siglo pasado sobre el futuro del comunismo fueron incapaces de prever la aparatosa debacle de un sistema que desde la revolución bolchevique en 1917 selló buena parte de la historia del Siglo 20.

Las primeras reflexiones sobre las repercusiones que acarrearía la caída del mundo comunista en la política internacional igualmente se quedaron cortas en su esfuerzo por explicar y comprender los grandes cambios que este evento desató. Difícil fue imaginar al despuntar la década de los 90 que estábamos presenciando el inicio de un nuevo periodo de la política mundial, el de la posguerra fría, el cual, no obstante su corta duración, resultó de una intensidad tal que tuvo importantísimas implicaciones en la configuración del futuro inmediato.

El enfrentamiento que hoy presenciamos entre grupos islámicos fundamentalistas y los Estados Unidos, por ejemplo, si bien es cierto que no se originó en los años 90 también es verdad que se agravó y cobró más bríos en ese periodo. El fin de la Guerra Fría, digámoslo bien claro, fue un evento sorpresivo e inesperado, como inesperadas fueron sus consecuencias políticas.

De manera similar a lo acontecido en 1989, los eventos del 11 de septiembre en Nueva York tomaron por sorpresa al conjunto de la comunidad internacional y sus más diversos actores: gobiernos, organismos internacionales, partidos, sociedad civil, iglesias y medios de información. Una vez más, como en el pasado, nos hemos mirado ante el espejo del desconcierto y nos hemos descubierto huérfanos de respuestas y explicaciones en torno a las implicaciones que tendrán estos acontecimientos, y las reacciones que han desatado, en la economía y la política internacionales.

En el mundo occidental, nos acostumbramos a escuchar en la última década un discurso dominante que vendió exitosamente la idea de que el fin de la Guerra Fría había puesto término a la incertidumbre que esa confrontación otorgó al devenir de la política mundial. Durante esos años todos los espacios económicos, políticos y culturales fueron literalmente copados por el culto a la globalización, encumbrada como la única opción posible para el progreso y el crecimiento constantes.

A mediados de los 90, sin embargo, comenzó a manifestarse de manera más orgánica y sistemática la crítica a la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR