Luchan desde la clandestinidad

AutorJaime Reyes Rodríguez

Generalmente, los integrantes de este grupo se reúnen los viernes de las 20:00 a las 23:00 horas en una casa de la Colonia Roma. Unas escaleras de madera conducen a lo que puede llamarse la recepción. Al local, ingresan personas dispuestas a defender, reafirmar o expresar su dualidad de género, es el Centro Cultural de la Diversidad Sexual (CCDS).

Un chico anuncia al reportero: "Tania le atenderá en unos minutos, puede esperar en cualquiera de las salas".

Después de escuchar cómo a un gay lo patearon en Guadalajara y de cómo su recuperación ha sido difícil y su rostro nunca volverá a ser el mismo, se escuchan unos taconeos un tanto torpes, pesados, se percibe un olor a perfume que a cada clac... clac... clac... se hace más intenso y se mira una mano larga que ofrece una tarjeta: Señorita Tania Ganem, coordinadora de medios de comunicación de Travestis México.

"Hanna, la presidenta, se disculpa porque no podrá estar presente en la entrevista", dice la mujer de anchos hombros, voz grave y apagada que se sienta mientras acomoda su peluca.

Más Allá de la Ropa

"Entendemos por travestismo el gusto de una persona por utilizar prendas del sexo cruzado", dice Tania. "No decimos opuesto porque no estamos en competencia unos con otros. Ahora, esa es una definición muy cruda, porque aunque todo se evidencia en la ropa, no se queda ahí. El travestismo es tanto la ropa como el pensamiento y la forma de ser".

Los travestis están dentro de lo que se llama transgénero, y se entiende por esto el cruce de uno al otro sexo, pues si bien los seres humanos nacen hembras o machos, el ser hombre o mujer es una construcción social, según la literatura especializada y los expertos en el tema.

"En mi caso, el caso de Tania, y el de la mayoría de las chicas que estamos en Travestis México, somos lo que llamamos quitapón", dice. "Jugamos un rol como hombres, casados, con pareja, estudiamos, trabajamos y aparte nos damos espacio para dar vida a nuestro travestismo".

La preferencia sexual en el mundo del travestismo juega un papel importante. Es decir, para un transgénero cuyas preferencias son homosexuales, puede que tome el travestismo, si se cruza con él, como algo natural, mientras que para las personas con orientación mayoritariamente heterosexual es más difícil, pues se preguntan por qué lo hacen si les gustan las mujeres, si tienen novia, si no son "amanerados"; se preguntan por qué tienen esa necesidad.

Para Ganem, los travestis, en su gran mayoría, están casados, son heterosexuales o tienden más a la heterosexualidad, pues necesitan de una relación estable con una mujer y, de vez en cuando, tener contacto con hombres.

"Antes, el 100 por ciento se casaba sin decir nada a su mujer, y nunca en su vida tenían contacto con otro travesti, o acaso lo tenían con una sexoservidora"...

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