Luces de la ciudad / El automóvil gris

AutorGuadalupe Loaeza

El 11 de diciembre de 1919, el diario El Universal publicó esta pequeña nota: "El automóvil gris. La película más emocionante, más costosa, la que batirá el récord de interés y la que en su terreno pasará por el mayor número de salones. Para que todo el público de la capital pueda ver en la pantalla los tan discutidos y famosos crímenes que tan hondamente conmovieron a la sociedad".

Efectivamente, las salas no sólo de la Capital, sino de muchas ciudades del País se llenaron de gente que quería ver la película dirigida por Enrique Rosas, la cual contaba la historia de la famosa banda de delincuentes que llevaban a cabo sus atracos en un coche Overland modelo Turismo 86 de color gris. Pasaron muchos, muchos años, y la banda se convirtió en uno de los mitos de la historia de México.

Afortunadamente, la Filmoteca de la UNAM acaba de realizar una edición conmemorativa de esta joya del cine mudo mexicano, que incluye la música que compuso el maestro Armando Rosales, así como material inédito que guardaban los nietos del director de la cinta. Asimismo, incluye un texto de Federico Dávalos Orozco, quien habla de la época del "automóvil gris"y por el cual nos enteramos de todos los detalles de la filmación de la película.

Qué bonita se ve la Ciudad de México en cada una de las escenas de El automóvil gris. Se observan las calles prácticamente sin gente, con sus empedrados y sus sembradíos, las calles de San Cosme y del Centro.

Estoy segura que así eran la Colonia Juárez y la Roma en 1919, el año en que Enrique Rosas decidió salir a filmar en los mismos lugares que habían sido escenario de los crímenes del automóvil gris. Se cuenta que esta banda utilizaba unas órdenes de cateo firmadas por un general, con ellas se presentaba en casas de familias acaudaladas y aprovechaban la situación para vaciar las residencias más lujosas de la Ciudad.

Era tanta la desconfianza que los millonarios de entonces tenían por el Gobierno, que preferían sacar su dinero del banco y guardarlo en casa. Los robos de esa banda se cometieron entre marzo y diciembre de 1915.

Era evidente que para conseguir las órdenes de cateo, la banda se encontraba infiltrada en las oficinas del Gobierno. Además, antes de entrar a robar, se vestían con ropa militar para hacer creer que los atracos eran cometidos por el ejército.

Conforme se realizaron las investigaciones, se detuvo a varios funcionarios. Pero, finalmente, fue aprehendido Higinio Granda, en junio de 1915. Todos los periódicos...

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