Lorenzo Meyer/ Dos cardenismos

AutorLorenzo Meyer

Misma meta, diferentes medios

Lo que con tanta energía y decisión montó el cardenismo original -el del general Lázaro Cárdenas- entre 1934 y 1940, el nuevo cardenismo -el de Cuauhtémoc Cárdenas- está contribuyendo a desmontarlo con igual fuerza. A primera vista, lo que ha ocurrido podría interpretarse como una contradicción entre esas dos fuerzas pero no hay tal, pues en ambos casos el objetivo de la acción es el mismo.

La movilización de masas que echó a andar el Presidente Cárdenas pronto se cristalizó en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y más tarde se transformó en PRI. En su origen, el PRM fue un instrumento muy efectivo para atacar los intereses creados y redistribuir la riqueza. En contraste, la lucha contra el gobierno y su partido que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas inició 47 años después de que concluyera el sexenio del general Cárdenas, tiene como razón de ser el que ese gran aparato político construido por el general fue convertido por sus sucesores en uno de los mayores obstáculos para poder llevar a cabo la idea que lo originó: la justicia social, en un país particularmente urgido de la misma.

La diferencia entre los instrumentos usados por el cardenismo original y los que desde 1987 ha empleado el movimiento de oposición encabezado por el ingeniero Cárdenas, se explica no sólo porque el primero actuó desde el poder en tanto que el segundo ha tenido que actuar en contra de ese poder, sino también y sobre todo, porque en el casi medio siglo que separa al final del primer cardenismo del inicio del segundo, la sociedad mexicana y su entorno internacional se han transformado y mucho. En efecto, el México de fines de los años treinta era, en términos demográficos, menos de una quinta parte de lo que es el actual, y el grueso de esos menos de 20 millones de mexicanos vivía en el campo, como siempre había sido el caso. En vísperas del inicio de la guerra de independencia, en 1790, el 91.9 por ciento de la población novohispana era rural; un siglo y un decenio después, al despuntar el siglo 20, la proporción era del 71.7 por ciento, y cuando el Presidente Cárdenas dejó el poder, en 1940, la sociedad mexicana se mantenía rural: 64.9 por ciento. El campo iba perdiendo fuerza, pero el corazón de México se mantenía campesino.

Hace 71 años, cuando nació el partido de Estado, el PNR-PRM-PRI, la naturaleza relativamente aislada del mundo agrario se reforzaba por la ausencia de una educación formal: en 1930 el 65.5 por ciento de la población mayor de 10 años seguía...

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