Lorenzo Meyer/ Agenda Ciudadana

AutorLorenzo Meyer

El abanico

¿Cuáles son las posibilidades de México, como sociedad nacional, en el mundo unipolar con que se inicia el Siglo 21? El abanico de opciones del que disponemos es muy limitado, pero existe. Teóricamente, en un extremo está el profundizar conscientemente y decididamente la absorción, aunque sea limitada y condicionada, por parte de la superpotencia del norte; el camino portorriqueño, por darle un nombre. Con el Tratado de Libre Comercio de la América del Norte (TLCAN) ya llevamos recorrida la primera parte de esa vía: 90 por ciento de nuestro intercambio comercial está centrado en Estados Unidos, 20 por ciento de nuestra fuerza laboral se encuentra en Estados Unidos y nuestro sistema político ya es compatible, por democrático, con el norteamericano, aunque aún debe corregir una multitud de imperfecciones para hacerlo menos corrupto y más eficiente. En el otro extremo no está la independencia en un sentido clásico, pero sí la posibilidad de mantener la viabilidad económica en un marco de independencia relativa frente a Estados Unidos. Sin embargo, para lograr esta última necesitamos una multipolaridad real en el sistema internacional, y ese polo alternativo a Estados Unidos hoy sólo puede ser Europa, aunque en un futuro mucho más distante también está China.

La pérfida no es sólo Albión sino toda Europa, un continente cuya rica historia es una mezcla extrema de elementos positivos y negativos, y México los ha experimentado casi todos directamente. Sin embargo, hoy nuestro país necesita a Europa, y mucho.

La amplia periferia

Lo obvio puede ser un punto de partida tan bueno como cualquier otro para el análisis. En efecto, hay situaciones que, de tan manifiestas, pasan sin que se tome plena conciencia de su importancia. Así, por ejemplo, en una entrevista reciente, el escritor húngaro Péter Nádas, al reflexionar sobre la producción literaria de la patria magiar, subrayó lo que es una verdad evidente: "hay pocos pueblos que no sean periféricos" (El País, 7 de diciembre). En los últimos cinco siglos México ha sido justamente uno de esos muchos pueblos que en el contexto mundial les ha tocado jugar el papel de marginales, y eso ha determinado el proceso de desarrollo interno. Y como no hay nada en nuestro horizonte que nos permita suponer que en un futuro predecible esa situación va a cambiar, no queda más remedio que asumir con realismo y dignidad esa condición. Y asumirla significa actuar para maximizar las pocas ventajas de que se...

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