Guadalupe Loaeza / ¡¡¡Puras ganas!!!

AutorGuadalupe Loaeza

Es cierto, hablaba con seguridad y determinación; con una habilidad fuera de lo común, leía perfectamente bien desde un telepronter el contenido de su discurso (no obstante, el movimiento de sus brazos nos parecía excesivo), igualmente, mantuvo el mismo tono de voz contundente a lo largo de toda la lectura; iba correctamente vestido (aunque encontramos que el nudo de la corbata resultaba demasiado grueso, muy del estilo de los ochenta); el hecho que mirara derechito hacia el público hacía verlo como un buen orador y, por último, de que le echó ganas, sin duda, Felipe Calderón Hinojosa le echó muchas ganas. He allí una característica de su personalidad (y la del mexicano, todo el mundo parece que le echa ganas y el país para atrás) que tanta aprobación le ha merecido en estos tres años. Recuerdo una encuesta que efectuara nuestro periódico a principios de diciembre del 2008; a pesar de que los encuestados admitían el deterioro de la economía y la inseguridad galopante, Calderón se mantenía por arriba de los 60 puntos de aprobación. "¿Por qué aprueba usted su trabajo?", era una de las preguntas, el 33 por ciento contestó: "¡porque le está echando ganas!", asimismo menos del 10 por ciento dijo que "había que apoyar al Presidente, incondicionalmente" y un 5 por ciento dijo: "Calderón es una buena persona". Solamente el 17 por ciento opinó que estaba "dando buenos resultados". Pero ninguno se refirió a su buen gobierno, a su visión política, a los excelentes resultados de su gestión, a iniciativas muy acertadas, a su cercanía con la gente, a su liderazgo, etcétera. Lo que más privilegiaban era que le echaba ganas. Pero es evidente que eso en un estadista no basta. Obama y Sarkozy también le echan muchas ganas, pero sobre todo dan resultados. Sinceramente no imagino una encuesta respecto al trabajo del presidente de Estados Unidos o de Francia, en la cual ganara "el entusiasmo" que le imprime a su gestión. No, en México, el pueblo todavía no se atreve a criticar a su Presidente, sería como criticar al Papa.

Como ciudadana y criticona, yo sí oso evaluar al primer mandatario. A pesar de todo lo que señalé líneas arriba no me gustó su Tercer Informe. No me satisfizo. Pienso que le faltó mucha autocrítica. Solamente una vez hizo mención a ella: "En estos tres años se han podido realizar, a pesar de las dificultades, obras y proyectos importantes. Soy el primero en reconocer que a la vista del México al que aspiramos, lo logrado es claramente...

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