Le llueven quejas frente a Palacio

AutorJorge Ricardo

MÉXICO.- En Palacio Nacional, el Presidente Andrés Manuel López Obrador trata de darle algún orden a sus primeros 100 días de Gobierno. Afuera grita un México caótico, lleno de clamores, necesidades y desempleo. De odio y locura. Hace un calor de mil diablos.

Los despedidos del Programa Prospera reprochan a López Obrador por haberlos dejado sin trabajo. Padres de familia gritan que ellos le dieron su voto y ahora les quiere cerrar los Centros de Atención para Estudiantes con Discapacidad (CAED).

Deudores de hipotecas preguntan por qué el Presidente sólo va a ayudar a los del Infonavit, mientras la señora Cristina Pérez Prudencio los mira a todos, mueve la cabeza y dice que no saben, que no entienden que los problemas no son culpa del tabasqueño sino de una energía maligna.

"Esa, desgraciadamente, invadió a todos los estados. Primero fueron a atacar a Guerrero que es de donde yo soy porque saben que yo les di la batalla hasta el final y no me lo van a perdonar", explica.

Por eso viene a pedir una audiencia con el Presidente. Una audiencia, insiste, y ahí le diría que ella le dará todo el apoyo que necesite, pues "yo tengo ciertos poderes que puedo manejar a mi antojo, pero desgraciadamente siento que debo de decírselo de palabra".

López Obrador es capaz de levantar los instintos del México profundo. En julio, en la casa de transición, uno de los primeros en llegar a pedirle ayuda fue un ingeniero nayarita que traía una "fórmula secreta" para que el maíz creciera más pronto.

Ese tipo de personas lo sigue, lo impulsa, lo defiende todavía. El señor Ramiro Ponce, de Ciudad Valles, San Luis Potosí, trae un carrito de madera en una mano y una planta de Cristo en la otra. Se para en medio de las decenas de despedidos de Prospera, médicos, enfermeras, auxiliares.

Su mujer carga 33 calendarios con mensajes para que López Obrador los reparta con todos los países. Así lo pide: "Con todos los países del Globo Terráqueo".

"¡Me canso ganso que salga el Presidente!", gritan los despedidos. Ramiro Ponce anuncia que trae la clave para acabar con los temblores y los tsunamis.

La clave es usar etanol. Así no se acaba el petróleo que nos heredaron los dinosaurios, afirma.

"Felicidades C. Andrés Manuel López Obrador por coincidir con los tres dígitos divinos", está escrito en sus calendarios.

En la puerta principal de Palacio protestan por la falta de apoyo a los centros de estudio para personas discapacitadas.

"Nos estuvo pidiendo apoyo durante toda su campaña...

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