'Lloro porque me veo en silla de ruedas y no tengo casa'

JUCHITÁN, Oax., septiembre 7 (EL UNIVERSAL).- Lavinia mueve con dificultad su silla de ruedas en el pequeño espacio que le dieron en el mercado provisional de Juchitán. Cuando ofrece sus dulces de camote y durazno le sonríe a los potenciales clientes, pero cuando le preguntan cómo se siente, su rostro se apaga.

Lavinia confiesa que ha deseado haber muerto en el terremoto del 7 de septiembre, porque para ella, una mujer de andanzas, de caminar horas por las calles del pueblo ofreciendo sus dulces casa por casa, no tener una pierna es un tremendo castigo.

"Lloro, ahora no mucho, pero lloro cuando veo mi pierna, cuando me veo en esta silla de ruedas, cuando veo que no tengo casa. Mi nieta me regaña, por ella sigo con ánimos. El mercado me cura mucho, porque veo gente, platico, porque aquí hay vida y mucha alegría".

Lavinia Valencia Suárez tiene 54 años, pero aparenta más. Su nieta María de Lourdes es su único apoyo para moverse por toda la ciudad en una silla de ruedas que le donaron y que el uso diario ya desgastó.

Vive...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR