Lloran en Connecticut a víctimas de tiroteo

NEWTOWN, Connecticut.- Jasmine Soto, una niña de siete años de pelo negro liso, caminaba junto a su madre, Tiffany, hacia la Escuela Elementaria Sandy Hook ayer al mediodía. Llevaba dos pingüinos de peluche en la mano. Minutos antes, había escrito una carta "para los niños en el cielo", que dobló y dejó en una caja colocada sobre una mesa en la entrada de una juguetería del centro de Sandy Hook. "Me da pena que se pierdan la Navidad con sus padres", decía.

"Porque esos son los días que se pasan con la familia", justificó, casi sin levantar la mirada.

Esa imagen se repitió ayer en casi todos los rincones de Newtown, un pueblo que amaneció quebrado a una realidad impensada tras la masacre perpetrada el viernes por Adam Lanza en el colegio, que en total dejó 28 muertos -incluyendo al asesino-, 20 de ellos niños de 6 y 7 años de edad.

Ayer, familias enteras y jóvenes buscaban consuelo y respuestas. Los espacios públicos se convirtieron en santuarios con flores, globos blancos, cartas, mensajes, velas y regalos improvisados.

"No hay consuelo, no hay palabras que se puedan decir excepto nomás 'no tengas armas en la casa, mi'jo'", se descargó con Grupo REFORMA Minerva Hidalgo, una mexicana de 51 años, 17 de ellos al frente de un restaurante en Newtown. "El ambiente se siente devastado, devastado, imagine usted cuántos padres están deshechos, cuánto padres están sin la sonrisa de sus hijos. Es terrible".

El duelo de Newtown, Connecticut y el resto de Estados Unidos se profundizó cuando la Policía estatal difundió los nombres de las 6 mujeres, las 12 niñas y los 8 niños que perdieron la vida en el trágico tiroteo. La otra víctima fue Nancy Lanza, madre del asesino.

Robbie Parker, padre de Emilie Parker, una de las víctimas, fue el único de los familiares que enfrentó a la prensa: "No había nada que disfrutara más que dibujar imágenes o hacer una tarjeta para un familiar", dijo sobre su hija de 6 años. "(Era) brillante, creativa y muy cariñosa".

Cientos de personas se congregaron anoche en la iglesia Saint Rose para rezar y recordar a las víctimas, entre ellas maestras calificadas ayer de "heroínas". Dos cárteles escritos a mano en la entrada de la iglesia rezaban "prensa no" en letras gigantes.

Por su parte, la Policía brindó más detalles de la investigación, retazos de una historia aún incomprensible, que no terminaban de...

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