Llenos de arte ...y fantasmas

AutorFélix Barrón

La Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, la Casa del Campesino y la Casa de la Cultura comparten una vocación ligada al arte. Hoy, en Halloween, conoce otra faceta de estas instituciones: la de albergar historias de sombras y lamentos.

¿Quién toca el piano?

Son las 22:00 horas. Miguel Querea, vigilante de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, en el Obispado, da su primer rondín nocturno. El viento golpea las ventanas y hace crujir las antiguas maderas.

"De repente se escuchan sonidos de pianos y guitarras a lo lejos", señala el hombre, quien tiene 35 años laborando en el edificio.

El recinto, que alberga la escuela del INBA desde 1977, fue inaugurado en 1913 como sede del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, internado a donde asistían las niñas de la alta sociedad regiomontana de la época.

A don Miguelito, como le dicen de cariño, su trabajo nocturno no le da miedo, a pesar de las terroríficas historias que cuentan otros trabajadores y alumnos, quienes aseguran haber visto en las noches las figuras de una monja y un niño.

"Miedo cuando veo que siluetas o que alguien se atraviesa allá por los pasillos del segundo piso, y voy, y no hay nadie, pero el miedo es que se haya metido alguien vivo", expresa el vigilante.

"También se escuchan que bajan por las escaleras de madera", dice. "El otro día, estando yo abajo, vi un salón prendido. Cuando fui a ver, las luces se apagaron inmediatamente. Bueno, así fue una, dos, tres veces, la misma noche".

De noche, la belleza arquitectónica de esta escuela formadora de artistas se transforma en el sitio ideal para las leyendas.

Don Miguelito camina por los pasillos, valiente, sin miedo, aunque aquí el mismo viento parece tenerlo.

Miedo, miedo, a los vivos

Por las noches, sus galerones son como boca de lobo.

Martín Martínez, vigilante nocturno, y su esposa, Estela López, viven en una casita en la parte trasera de la Casa del Campesino.

El edificio data del lejano 1750, y es sede tanto del Museo de Culturas Populares de Conarte, que presenta exposiciones y organiza talleres, como de la Confederación Nacional Campesina (CNC), que ahí realiza algunas de sus juntas.

"Es el aire el que golpea las puertas", señala don Martín, medio valentón, al asegurar no haber visto nada, sólo escuchado sonidos en la antigua casona.

"Un compañero, durante un rondín nocturno, dijo que vio a una señora entre los pasillos, pero él es bien miedoso", dice riendo el vigilante, quien en las madrugadas recorre...

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