Llega su familia a visitar a Toledo

AutorAbraham Vázquez

Los críticos más implacables de las obras de Francisco Toledo no viven en París o Nueva York, donde se cotizan sus obras, sino bajo su mismo techo, y a veces viajan con él.

Recurren a apapachos, miradas fijas, palmadas, risas o comentarios como argumentos para valorar sus creaciones artísticas, y parecen entender mejor que nadie el temperamento del creador.

Se trata de la artista textil Trine Ellitsgaard, esposa de Toledo, y su hijo Benjamín, de 12 años, quienes son considerados por el artista como su crítica de arte especializada.

De visita en la Ciudad, ayer ambos acompañaron al artista de paseo en Marco, y dieron sus impresiones sobre "La Lagartera", primera escultura monumental del oaxaqueño, en uno de los pocos días en que el artista compartió su universo personal.

"El material es un poco feo, pero no está tan mal como imaginaba", indicó Ellitsgaard, nacida en Dinamarca, pero quien vive en Oaxaca.

"Él hablaba que era difícil este trabajo. Los colores se van a ver bien. Era mejor que la hubieran hecho en cerámica o materiales orgánicos. Pero cuando se cubra con agua se va a ver bien", agregó.

Benjamín habló poco con los extraños, pero bromeó mucho con su padre y hasta se le vio jugando unas "luchitas" con el pintor oaxaqueño en los pasillos de Marco.

"Me gustó, sí, mucho", dijo escuetamente, cuando se le preguntó por "La Lagartera".

Por la mañana, la familia del pintor visitó el taller de Javier Zarazúa, donde se...

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