Llega cine de Mekas
| Autor | Érika P. Bucio |
Como un inmigrante lituano, Jonas Mekas llegó a Nueva York en 1949, con 27 años de edad, en un buque para refugiados de Naciones Unidas. Durante la guerra, había sido prisionero en campos de trabajos forzados en Alemania.
Si conservó la cordura, ha dicho, es por Nueva York y el cine. Apostó por la vanguardia y se apartó de la gran industria de Hollywood. Nunca le interesó la ficción. En el centro de sus películas colocó a la gente, por eso más que un cineasta se considera a sí mismo un antropólogo.
Por primera vez, Jonas Mekas (Lituania, 1922) es objeto de una retrospectiva en México. A partir del 9 de febrero, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MuAC) presenta, en colaboración con la Serpentine Gallery de Londres, una selección de películas, instalación en video y fotogramas de sus filmes.
Invitado por la Cátedra Bergman, el cineasta, de 90 años, ofrecerá el 23 de febrero una conferencia en el auditorio del museo, mientras que el Festival Inernacional de Cine de la UNAM proyectará 10 de sus películas.
La curadora asociada Amanda de la Garza plantea que el cine de Jonas Mekas ha sido de difícil acceso en México, con apenas un par de películas subtituladas; mientras que sus poemas permanecen inéditos en español y sólo ha sido traducido Ningún lugar a donde ir (por la editorial argentina Caja Negra), el relato de su juventud, huida de Europa y primeros años en Estados Unidos.
Con su cámara Bolex de 16 mm, Jonas Mekas comenzó a filmar en 1950 situaciones, Nueva York, los amigos. Esos diarios fílmicos, luego editados de manera
fragmentaria, no lineal, se han convertido con el tiempo en verdaderas crónicas de la vanguardia neoyorquina de la época.
Por sus películas desfilan el poeta beat Allen Ginsberg, George Maciunas de Fluxus, el artista pop Andy Warhol, el pintor Salvador Dalí y el ex beatle John Lennon con Yoko Ono -quien compara el impacto de su cine con la influencia de John Cage en la música.
A su amigo Ginsberg lo filmó durante los tres días posteriores a su muerte, en 1997, cuando, según el ritual budista, permaneció en la tierra como espíritu.
"Usa una estrategia documental porque lo que está sucediendo es la vida. No hay un intento de ficción", sentencia De la Garza.
Mekas no solo ha producido una filmografía de vanguardia con películas como The Brig (1963), ganadora...
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