Todo listo... para Carreras

AutorEnrique González

"Nuestro hermanito", lo llaman Luciano Pavarotti y Plácido Domingo, sus compañeros de viaje en ese espectáculo operístico-taquillero que ha recorrido el mundo: Los Tres Tenores.

José Carreras (Barcelona, 1947) de alguna manera siempre ha tenido ese halo protector -"suerte", la llama él- de tener a su alrededor el cobijo incondicional de grandes figuras del medio artístico, llámense Domingo, Pavarotti, Montserrat Caballé o Herbert von Karajan. Es decir, ningún nombre menor.

Para conseguir esto, no hace falta únicamente ser poseedor de un talento excepcional en las cuerdas vocales, que Carreras demostró desde su debut a los 18 años y que ha sido ratificado por las críticas de sus presentaciones en los grandes escenarios del mundo: Salzburgo, el Metropolitan Opera House de Nueva York, la Scala de Milán, el Covent Garden de Londres.

Falta algo para explicarse su imán con la fortuna.

Y ese algo tal vez se pueda descifrar observando detenidamente el dramático proceso que padeció a partir de 1987, cuando se le detectó leucemia.

Carreras interrumpió su ya consumada carrera y tuvo que someterse a las nuevas técnicas de autotransplante de médula ósea que surgían en aquellos años.

Sobrepuesto de la enfermedad y convencido de que de alguna manera debía devolver algo de la fortuna que él consideraba haber tenido, fundó en 1988 la Fundación de Lucha contra el Cáncer Josep Carreras, la cual, lo ha dicho, se convertirá en su pasión de tiempo completo -junto a sus hijos-, una vez que termine su brillante ciclo como tenor.

El estrellato

Más que al tenor catalán, más que al director musical de la Olimpiada de Barcelona 92, más que al Don José de "Carmen", más que al protegido de Caballé, Guadalajara dará la bienvenida a Carreras, "el de Los Tres Tenores".

Oportunidad única -tomando en cuenta la escasa oferta operística en estas tierras- de apreciar en vivo una de las voces más privilegiadas del Siglo 20, el recital de Carreras en el Teatro Degollado el 6 de noviembre (culminación de los festejos por el 25 aniversario del Tec de Monterrey en la ciudad) servirá para constatar la madurez de un tenor que, a partir de su enfermedad, ha reavivado su fervor por la vida. Su interpretación él mismo la califica como "más sentida" ahora que antes de saber que padecía leucemia.

"Si el hombre, después de una situación tan difícil como es superar una leucemia, madura, pues también madura el artista. El público juzgará evidentemente, pero al menos yo creo que mis...

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